02 de diciembre de 2016
- El gobernador del BdeM aceptó ocupar la gerencia del BIS a partir de julio de 2017
- Voy a estar todavía siete meses, y espero que la tormenta no dure tanto, declaró ayer
- El Presidente reconoció su
destacada labor
- La transición será ordenada, aseguró Meade
Cinco años antes de concluir su segundo periodo como gobernador del Banco de México (BdeM), Agustín Carstens Carstens optó por aceptar la dirección de una institución financiera multilateral. La decisión, comunicada ayer por el funcionario, no debe ser interpretada como la expresión de un supuesto desencuentro
con el gobierno federal.
El anuncio de la separación, que se hará efectiva el primero de julio de 2017, ocurre en un momento en que el banco central se encuentra en pleno proceso de revertir la política monetaria expansionista de los últimos años, lo que se ha expresado en cuatro alzas de la tasa de interés de referencia. También coincide con el comienzo de un ciclo de desaceleración de la actividad económica en el país.
Carstens recibió ayer por la mañana la oferta de ocupar la gerencia general del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), según comunicó el gobernador en una conferencia de prensa después del mediodía. Explicó que aceptó el nombramiento con una mezcla de sentimientos encontrados: por una parte, dijo, de alegría y honor por un reconocimiento que si bien es para mí, también lo es para el Banco de México y para el país
. Por otra parte, acotó, no me resulta fácil renunciar a seguir en la institución, donde han transcurrido 20 años de vida profesional y he aprendido las virtudes del trabajo diligente, la honestidad a toda prueba y del uso inteligente y generoso de nuestras capacidades y talentos al servicio del país
.
Secretario de Hacienda en los primeros tres años de la administración pasada, Carstens completó un primer periodo como gobernador del Banco de México entre el primero de enero de 2010 y el 31 de enero de 2015. El presidente Enrique Peña Nieto lo propuso al Senado para seguir al frente de la institución por otros seis años, del primero de enero de 2016 al 31 de diciembre de 2021, encomienda que dejará inconclusa para viajar a Basilea, Suiza, donde está la sede del BIS.
El capitán y la tormenta
Una de las autoridades financieras con mayor reconocimiento –preside el órgano que asesora a la junta de gobernadores del Fondo Monetario Internacional en la supervisión y gestión del sistema financiero mundial– Carstens ha jugado un papel relevante en la estrategia de contención de la inflación y en el diseño de las políticas para enfrentar los efectos de la crisis financiera posterior al colapso del sistema financiero estadunidense en el otoño de 2008. Fue célebre su afirmación de que México no sufriría ni un catarrito
por esa crisis, cuyos efectos no dejan de sentirse.
Ayer fue interrogado respecto de si su decisión de dejar el Banco de México para aceptar la gerencia general del BIS no era similar a la de un capitán que pide dejar la nave en medio de una tormenta.
–Para empezar –respondió– voy a estar aquí todavía siete meses y espero que la tormenta no dure tanto.
Aquí estaré, trabajando con toda entrega, con la junta de gobierno, con el personal del banco, pero también debo subrayar, con una gran coordinación con la Secretaría de Hacienda en diferentes ámbitos en los cuales interactuamos
, destacó.
La coordinación entre el Banco de México y Hacienda, añadió, es fundamental y ha sido excelente en los últimos tiempos.
De ninguna manera se debe leer mi salida como una reacción de mi parte a una situación coyuntural (de la economía) o algún supuesto desencuentro con Hacienda o con el gobierno federal. No hay nada de eso. Aquí, lamentablemente, los tiempos no los marco yo, no los marca México, los marca una institución global que es el BIS. Así se dieron los tiempos y la decisión de tomar esta oportunidad es porque mi interés es seguir sirviendo en un ámbito más global
, comentó.
La decisión de optar por la gerencia general del BIS, dijo, fue tomada con toda responsabilidad y respaldada en el hecho de que el Banco de México es una institución muy bien formada, que ha sido cuidada dentro de su vida autónoma por el Ejecutivo y el Legislativo.
En la carta de renuncia presentada al presidente Peña Nieto, Carstens agradeció el irrestricto respeto
a la autonomía del banco central.
El BIS reúne a 60 bancos centrales cuyos países aportan 95 por ciento del valor de la economía mundial. La designación de Carstens fue decidida por un comité en el que participan los gobernadores de los siete bancos centrales más importantes del mundo.
Tranquilidad ante relevo: Meade
El espacio de siete meses que se abre entre el anuncio y la fecha de salida de Carstens del banco central genera tranquilidad de que la transición será ordenada, afirmó José Antonio Meade, secretario de Hacienda y Crédito Público, minutos después de conocida la renuncia.
Nos da tranquilidad también porque lo sentimos como un reconocimiento a México, a sus finanzas públicas, y a una de las gentes de la que más orgullosos nos sentimos en el sector financiero mexicano, ciertamente en el sector financiero público. Prácticamente todos quienes ahí estamos podemos identificar algún momento de nuestra trayectoria pública donde se intersectó con la de Agustín (Carstens). Él fue mi jefe en varias ocasiones en diferentes momentos, y sabemos que está contento; así lo expresó y le deseamos mucho éxito
, dijo Meade.
Felicitaciones presidenciales
El presidente Enrique Peña Nieto felicitó al gobernador de Banco de México, Agustín Carstens, por su decisión de aceptar el puesto de gerente general del Banco de Pagos Internacionales.
En un comunicado, la Presidencia dio a conocer que Carstens dejará de ser gobernador del banco central mexicano el primero de julio de 2017.
Peña Nieto reconoció su comprometida y destacada labor al frente del Banco de México desde el primero de enero de 2010
.
Según el comunicado de Los Pinos, la designación es también una gran distinción para Carstens del consejo de administración del BPI, conformada por los principales banqueros centrales del mundo, y reconoce su conducción de las políticas macroeconómicas de México.
La Jornada