Ciudad de México.-
- El bailarín ofrecerá hoy una gala en la sala principal del Palacio de Bellas Artes
- A la nueva generación le corresponde producir contenidos relevantes y lograr que se perciba al nivel de las otras expresiones escénicas, dice en entrevista
- Presentará esta noche El mágico teatro de la muerte, pieza con la que ganó el Premio Guillermo Arriaga
- El joven artista mexicano también lamentó la falta de crítica especializada, lo cual permite que se presenten
obras sin trasfondos sólidos ni propuestas complejas, pues no hay mecanismos que penalicen la improvisación injustificada
La danza contemporánea en México se ha diversificado en los años recientes y la profesionalización de esa disciplina empieza a generar nuevas corrientes; sin embargo, el problema sigue siendo la falta de públicos y el desconocimiento generalizado de esta expresión como arte, asegura el coreógrafo y bailarín Raúl Tamez (Ciudad de México, 1987), ganador del Premio Nacional de Danza Guillermo Arriaga, del 35 Concurso de Creación Coreográfica Contemporánea INBA-UAM, por su obra El mágico teatro de la muerte.
A propósito de la gala del premio, que se realizará hoy en la sala principal del Palacio de Bellas Artes, Tamez, quien estudió en la Academia de Danza de Rotterdam y realizó una maestría en la Universidad Liverpool Jonh Moores, conversó con La Jornada sobre el quehacer dancístico.
En opinión del bailarín, existe la posibilidad de un estancamiento en los discursos “conocidos y tipificados, quizá por el proteccionismo como única vía de financiar los proyectos o por la estrechez de acción que implica que éstos puedan ser autosustentables.
Pronto se integrará una nueva generación de hacedores de danza a las filas de la creación; este grupo tiene una responsabilidad enorme. Por un lado, en la producción de contenidos de relevancia y, por otro, en lograr que la danza contemporánea se perciba al nivel de las otras expresiones escénicas.
Tamez considera que a esta situación se suma la falta de crítica especializada, lo que permite que en los escenarios se presenten “obras a las que no se les encuentran trasfondos sólidos ni propuestas complejas, pues no hay mecanismos que penalicen la improvisación injustificada.
Debido a que la asistencia a los teatros es subjetiva y de ninguna forma habla de la calidad de las piezas, así como a la mencionada falta de textos serios que analicen la producción escénica desde una postura crítica, los parámetros de calidad de una obra de danza son aleatorios o inexistentes.
A decir del coreógrafo, México es un lugar privilegiado de talentos, ímpetus y enorme contenido expresivo. Hay coreógrafos y bailarines extraordinarios en el país; se trata una cuestión de enfoque y línea de trabajo
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De sus inicios en la danza, recuerda: “Tuve una necesidad inexplicable de tomar clases de danza contemporánea; fue de esas decisiones de las que no tienes ni un segundo de duda. Dedicarme a la danza se volvió una meta; fui aceptado en la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea y lo demás sólo se dio.
En la danza encontré una escalofriante metáfora de la vida. La danza contemporánea te lleva al momento donde no hay gravedad, esa suspensión donde el tiempo es otro; quieres volar y a veces también entiendes la muerte. La piel siente el viento, tu cuerpo como materia y como sonido. El espacio se vuelve manejable. La danza procesa emociones y te devuelve recuerdos; vives otras vidas, transmutas. No hay manera de hacer otra cosa cuando sabes que es tu vocación; la danza ha sido lo más preciado que me ha pasado.
Para el joven artista, el cuerpo es el instrumento que le ha permitido expresarse sobre diversos conceptos y temas sociales. Asegura que el contenido y la investigación para realizar una obra son fundamentales. Creo en la identificación del espectador con la obra, como un espejo y trabajo con esa premisa
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Tamez se presentará en la gala de hoy con su obra ganadora, El mágico teatro de la muerte, sobre el cabaret Berlín e inspirada en el teatro mágico que se describe en la novela El lobo estepario, de Hermann Hesse, “en la cual un personaje entra a un teatro donde ve imágenes de su vida; un personaje desesperanzado del sentido de vivir, que ha llegado a un punto sin retorno, a una edad donde ya no se puede cambiar el destino. El mágico teatro de la muerte habla de un punto en la vida donde voltear atrás tiene cada vez menos sentido”.
Raúl Tamez señala que continuará con la creación de obras y bailando en los escenarios, pero no descarta la posibilidad de formar una compañía. Quiero enseñar y elaborar proyectos de relevancia. Quiero hacer danza y sociología
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En la gala del Premio Nacional de Danza Guillermo Arriaga, que se realizará hoy a las 20 horas en la sala principal del Palacio de Bellas Artes (avenida Juárez y Eje Central Lázaro Cárdenas) se presentarán también las piezas Ítaca-equis y no X, de Laura Vera, y Teorías duplicadas, de Érika Méndez.
La Jornada