El presidente del tricolor dice que el polémico exgobernador deberá buscar otra agrupación para contender en los comicios locales
Ciudad de México.- Desde que llegó a la presidencia del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en julio pasado, Enrique Ochoa Reza, prometió una cruzada contra la corrupción. Cinco meses después, la promesa lo ha llevado a enfrentarse a militantes destacados del partido que encabeza. Este lunes, Ochoa se vio obligado a anunciar públicamente que el PRI no postulará al polémico Humberto Moreira en las elecciones locales de Coahuila del 4 de junio de 2017. “Esa participación política no será por el PRI y más adelante veremos cuáles son las definiciones que él tome en la materia”, dijo.
Moreira, que también fue presidente del PRI a lo largo de 2011, reveló hace algunos días su intención de buscar una diputación local en Coahuila, el Estado del norte de México que gobernó de diciembre de 2005 a enero de 2011. “La gente me pide que regrese a la política”, dijo el exmandatario. El político se ha visto salpicado por escándalos desde que concluyó su mandato. Humberto heredó a su hermano Rubén la gobernatura del Estado con una apremiante situación financiera pues contrató una deuda de más de 1.000 millones de dólares utilizando documentos falsos. Su ministro de Finanzas, Javier Villarreal, se encuentra esperando una sentencia en una prisión de Estados Unidos. El exfuncionario se declaró culpable en 2014 de lavado de dinero y malversación de dinero publico. La audiencia en la que se podría dar a conocer el fallo en una corte de Texas se celebrará en abril de 2017, dos meses antes de las elecciones de Coahuila.
Moreira inició el 2016 en prisión. Estuvo una semana en la cárcel de Soto del Real en España porque existía la sospecha de que las empresas del exgobernador podían ser organizaciones fantasma sin empleados y sin actividad. Moreira fue liberado por orden de un juez el 22 de enero y abandonó España en cuanto pudo. Su nombre ha estado vinculado a la investigación que hace la justicia española al narcotraficante Juan Manuel El Mono Muñoz. La Audiencia Nacional, sin embargo, ha dicho que no ha hallado nexos del exgobernador con el cártel de Los Zetas.
Con las puertas del PRI cerradas, Moreira ve sus posibilidades de contender reducidas a ser abanderado por partidos minoritarios como el Campesino Popular, el Partido Joven o el Social Demócrata.
Otros casos polémicos dentro del PRI
Enrique Ochoa también dio a conocer en una entrevista con el periodista Joaquín López Dóriga los procesos que el PRI ha llevado en contra de otros exfuncionarios. Entre ellos destacó la suspensión de los derechos como militante de Roberto Borge, el exgobernador de Quintana Roo. Sobre la gestión del exmandatario penden siete denuncias por peculado que suman más de 2.000 millones de pesos (97 millones de dólares), según el nuevo Gobierno, conformado por una alianza entre los partidos de izquierda y derecha (PRD-PAN).
Pero el caso que más daña la imagen del PRI rumbo a las elecciones de 2017 es el de Javier Duarte, el exgobernador de Veracruz. El político, que lleva prófugo dos meses, se ha convertido en emblema de la corrupción política en México. La Comisión de Justicia del PRI, que ya expulsó a Duarte del partido el pasado 25 de octubre, echó de sus filas a tres exfuncionarios de su Gobierno “por falta de probidad y por acreditarse los señalamientos de corrupción”. Ellos son Arturo Bermúdez Zurita, José Antonio Chara Mansur Beltrán y Gabriel Deantes Ramos.
El pasado viernes el PRI expulsó también de la organización al exgobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington (1999-2004). El partido tricolor tardó cuatro años en culminar este proceso, iniciado en 2012, después de que se hicieron públicos señalamientos de corrupción y vínculos con los cárteles del narcotráfico. La Procuraduría General de la República (PGR, Fiscalía) ofrece 15 millones de pesos como recompensa a cualquier información que lleve a la captura de Yarrington, que también es buscado por las autoridades de Estados Unidos.
El País