Ciudad de Mèxico.-En lo anterior coincidió el economista en jefe de Barclays México, Marco Oviedo. “Quizá en febrero haya uno adicional (aumento)… Según la fórmula, podría ser de 8%, pero en la medida en que avancemos en el tiempo se irá diluyendo”, consideró.
No obstante, afirmó que en el mediano plazo, el precio de las gasolinas reflejará esos costos, para generar mayor inversión en el sector y más competencia. “Ese es el objetivo de la liberalización, sumado que Pemex sanee sus finanzas, porque de alguna forma estaba subsidiando el transporte en el pasado”, apuntó.
País subsidiado. Oviedo recordó que con este proceso de liberalización, México estaría cumpliendo con los compromisos adquiridos en el seno del Grupo de las 20 economías (G20) emergentes y desarrolladas más importantes, respecto a retirar el subsidio a los combustibles fósiles.
Además, mencionó que México ha sido un país que vive subsidiado pero que también puede dejar de serlo, ya que también se subvenciona la electricidad y el transporte público.
Para el caso de la energía eléctrica, estableció que si bien el monto que de recursos públicos que se destinan es menor al subsidio a gasolinas, quitar ese apoyo tendría un impacto mayor en la inflación.
La presidenta del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), Adriana Berrocal, dijo que los subsidios distorsionan el mercado, porque impiden saber cuál es su costo verdadero.
Por eso, con la liberalización de las gasolinas, sería bueno que se amplíe a otros servicios, en el sentido en que puedan ser más racionales en su uso.
“¿Qué pasa cuando algo es muy barato, lo regalan o no nos cuesta nada? Normalmente, lo desperdiciamos; la oportunidad de este gran reto es que nos volvamos más racionales en el uso de los energéticos”, señaló.
Para el presidente del comité de estudios económicos del IMEF, Gabriel Casillas, dado que México es un país con mayoría en pobreza, no se pueden retirar de tajo los subsidios.
El Universal