La estadounidense AT&T acumula 12 millones de usuarios en México desde su llegada en 2015
Ciudad de México.-En el pueblo de Atécuaro (Estado de Michoacán, centro de México) no había señal de telefonía móvil hasta hace unos meses. A pesar de que la pequeña comunidad está a 17 kilómetros al sur de la ciudad de Morelia, sus 437 habitantes tenían que conducir unos 40 minutos entre las montañas para hacer una llamada telefónica. La estadounidense AT&T vió en Atécuaro una oportunidad para conectar a una población expulsora de migrantes con Estados Unidos e instaló una antena que ahora enlaza los celulares con la red de telefonía 3G de la compañía.
AT&T llegó a México un año después de que el Congreso aprobara la reforma de telecomunicaciones en junio de 2013, un conjunto de leyes que permitió la apertura del sector de la telefonía que desde la década de los 90 estuvo dominada por el magnate de la telecomunicaciones Carlos Slim. Los herederos de Alexander Graham Bell –fundador de la American Telephone and Telegraph Company– aterrizaron en México con la compra de Iusacell y Nextel en sendas operaciones que sumaron los 4.375 millones de dólares. La fusión de los pequeños peces de las telecomunicaciones mexicanas dieron paso al primer serio competidor de Slim.
La competencia llegó desde Estados Unidos con una bolsa de 3.000 millones de dólares adicionales para expandir la red de la telefónica hasta 2018. En la calle Masaryk del acomodado barrio de Polanco, en la Ciudad de México, se erige la tienda insignia de AT&T en México. La primera de su tipo fuera de Estados Unidos que está llena de novedosos productos tanto de telefonía como de conexión a Internet. Un escaparate dedicado a mostrar las experiencias con diversos productos, además de venderlos. En dos años, la estadounidense ha abierto 870 tiendas y ha captado la atención de 12 millones de personas en todo el país.
La reforma en telecomunicaciones ha conseguido en los últimos tres años la caída de los precios de la telefonía móvil en un 32,4%. Los cargos para llamadas de larga distancia nacional desaparecieron y los de llamadas internacionales se redujeron un 40%. AT&T ha aprovechado estos cambios para impulsar la conexión con los países de América del Norte: México. Estados Unidos y Canadá. A pesar de los señalamientos del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) para redistribuir a la competencia en telefonía móvil, Telcel –la telefónica de Slim en México– todavía posee un 66% del mercado.
“La razón por la que entramos a México fue la reforma en telecomunicaciones. Hemos sido muy enfáticos en que México está en un momento histórico para cumplir con los objetivos de participación de cada una de las compañías. La reforma tiene muchísima visión y enormes beneficios para los usuarios y confiamos en que el Instituto Federal de Telecomunicaciones conseguirá las metas”, apunta Anabel López, directora de Comunicación y Medios de AT&T en México. Entre los retos que cualquier compañía de telecomunicaciones tiene al pisar México está ampliar la red de cobertura y mejorar los servicios de atención a clientes. “Es proceso en el que nos falta pero estamos trabajando en ello”, reconoce López. La firma estadounidense también se concentra en difundir el internet de la cosas: herramientas que conecten con la vida diaria a través de su red móvil, desde el automóvil hasta el cuidado de mascotas en casa.
El País