Impulsa colectivo defensa de los huipiles ante el plagio

Artesana de la comunidad Tlacoatzintepec tejiendo un huipil. Fotografía cortesía del Colectivo Tlacoatzintepec.

La prenda de la compañía tiene muchas similitudes con el huipil de Tlacoatzintepec

Oaxaca de Juárez Oax.-Desde hace varias semanas, en Facebook se comparte una denuncia por plagio del poblado de San Juan Bautista Tlacoatzintepec. La comunidad asegura que una tienda española copió el diseño de un huipil de esta población chinanteca. “Estamos muy molestos e indignados. Es un verdadero despojo a nuestra cultura y a nuestra historia”, se lee en la publicación. “Nos molesta mucho que copien nuestros diseños porque no saben ni siquiera lo que significa el bordado del textil y todos los elementos que lo integran. Urgen iniciativas que protejan a nuestros pueblos ante tales despojos”. El mensaje publicado el 14 de febrero se ha compartido cientos de veces.

Horacio Reyes, uno de los administradores de la página en Facebook, dice a Verne en entrevista telefónica que están desconcertados, pues empresas como esta simplemente “roban” lo que a ellos les cuesta tanto trabajo promover. “Nos duele mucho porque hay pueblos que ya han perdido su identidad y nosotros estamos esforzándonos para que nuestras costumbres y tradiciones no se olviden”, señala el joven originario de Tlacoatzintepec. “Es algo deshonesto y está mal. La tienda tiene la obligación de dar crédito a las creadoras de estos huipiles y de apoyarlas de alguna manera, pues el trabajo es mucho”.

Desde hace un par de años, junto con otros jóvenes de su comunidad, Reyes ha creado un grupo que ayuda a las artesanas a comercializar sus huipiles a un precio justo. “Nos dimos cuenta de que por necesidad los vendían a 250 pesos, lo que equivale a ganar seis pesos diarios, pues los huipiles tardan en hacerse un mes”, indica. A través la página de Facebook, ventas y exposiciones, el grupo ha logrado vender las prendas en 400 pesos. El vestido de la tienda española tiene un precio en línea de 244 euros, lo que equivale a más de 5.000 pesos mexicanos.

Reyes asegura que el colectivo al que pertenece no quiere un peso, lo que quiere es el reconocimiento a las artesanas y que a la empresa le nazca ayudarlas. “Hay muchas formas. Materia prima, una sede para vender sus productos o algo que les facilite su labor. No pueden simplemente lucrar con algo que no es suyo”. Verne buscó a los representantes de la empresa, pero ninguno de ellos estaba disponible para una entrevista.

Esta no es la primera vez que se señala a una empresa extranjera por plagiar un textil mexicano. En 2015, la cantante mexicana Susana Harp publicó en sus redes sociales una fotografía en la que denunciaba que Isabel Marant, una diseñadora francesa, había copiado un tejido mixe originario de Oaxaca. En 2016, la marca argentina de ropa Rapsodia fue acusada en Change.org de copiar un bordado zapoteca originario del pueblo San Antonino Castillo Velasco.

¿Qué significado tienen los bordados del huipil chinanteco?

En Tlacoatzintepec se utilizan tres tipos de huipiles: el de gala, el de media gala y el de uso diario. Este último tiene tres elementos bordados: Un águila de dos cabezas, algunos tapacaminos y grecas de movimiento. Reyes asegura que tanto el tapacaminos como la greca aparecen en los vestidos que se comercializan en España. “Las usan indiscriminadamente y tienen un significado que tiene que ver la cosmovisión de la región de donde habitan. Nuestros huipiles tienen muchas tradiciones plasmadas”.

Huipil de San Juan Bautista Tlacoatzintepec. Fotografía cortesía del colectivo Tlacoatzintepec
Huipil de San Juan Bautista Tlacoatzintepec. Fotografía cortesía del colectivo Tlacoatzintepec

Jesús Rafael Santaella, antropólogo también originario de Oaxaca, explica a Verne vía correo electrónico el significado de estos bordados. “Las grecas representan el constante movimiento que viven los chinantecos, pues es una cultura de más de 3.000 años de antigüedad”, apunta. “El ave que aparece en el huipil recuerda la historia de cómo el pavo real le robó sus plumas al tapacaminos”.

Según la leyenda, cuando se creó el mundo, las aves podían hablar y a veces se reunían para poder lucir sus plumajes. En ese entonces el pavo real no contaba con las plumas que tiene ahora y para que pudiera entrar al evento el tapacaminos le prestó las suyas, pero el pavo real nunca se las regresó. Santaella relata: “Desde entonces el tapacaminos comenzó a buscarlo. Por eso los chinantecos dicen que se aparece en cerros, veredas y terracerías. Sigue buscando al pavo real. Quiere sus plumas de vuelta”.

Para Santaella, los textiles en México representan la identidad del pueblo que los crea y la cosmovisión del mundo que les rodea y del que tienen que cuidar. “Mucha de la iconografía que usan narran eventos mitológicos, astrales, geográficos e históricos”. dice. “También plasman la flora y la fauna representativas para sus comunidades”. Para el pueblo chinanteco, por ejemplo, algunos animales de la selva como el tepezcuintle y el armadillo son sagrados dentro de la mitología oral. Reyes agrega: “Esto no se puede tomar a la ligera. Los huipiles son importantes para nosotros”.

Verne/El País