Ciudad de México.-Una arrancada histórica del Rally Guanajuato México se vivió ayer al caer la noche en el primer cuadro de la Ciudad de México con la disputa de la primera de 19 etapas de la competencia, un espectáculo de los mejores exponentes del realismo mundial que encendió la adrenalina en un tramo cronometrado de 1.570 kilómetros, que sirvió para determinar las posiciones de salida para mañana.
El mejor tiempo lo realizó el finlandés Juho Hanninen, quien tuvo los dos recorridos más rápidos, con 3.37.2 minutos.
Por primera vez en los 15 años de rally mundial en el país, se realizó en esta ciudad una etapa de la carrera que continuará a partir de hoy y hasta el domingo en caminos de tercería guanajuatense, y también es la primera ocasión que el rally presenta juntos a los tres mejores pilotos mexicanos en la categoría subestelar WR2: Benito Guerra, Ricardo Triviño y Francisco Name, además de varios otros nacionales en otras divisiones inscritos sólo para esta fecha mexicana, tercera del Campeonato Mundial de Rally.
La experiencia era totalmente nueva para la afición casual de esta ciudad; pocos conocedores; la mayoría de los asistentes se enteraron de última hora o pasaban cerca cuando se encontraron con el montaje en el Zócalo y se quedaron a ver pasar los bólidos que desde hace más de una década han creado afición entre las multitudes guanajuatenses.
En el Zócalo prácticamente no había expectación, ni por los mexicanos ni por las máximas figuras, o por los riesgos que enfrentaban los corredores en este tramo considerado peligroso al mando de los coches, cuya puesta a punto estaba desarrollada para desempeño en tierra y no asfalto, en el que podrían resbalar.
Un chubasco amenazó el acontecimiento para el que miles de personas se fueron apostando desde el mediodía en terrazas, balcones y banquetas que asoman a la Plaza de la Constitución y la calle 20 de Noviembre hasta Uruguay, donde los bólidos debían librar un slalom, frenar a toda velocidad para hacer el rulo o trompo controlado, y al retornar hacia la plancha del Zócalo sortear una rampa de la que salían volando.
Esa maniobra en suelo mojado inquietaba a los equipos por el riesgo de romper los motores, pero cuando paró el aguacero se lanzaron a la aventura mexicana.
Los aficionados parecían desanimados al encenderse los motores en la competencia lanzada uno por uno. Apenas unos aplausos para Miguel Medina con Jaime Zapata de navegante, los primeros mexicanos en aparecer, a bordo de un Mitsubishi Lancer, y tampoco hubo más para otros binomios latinos de Chile, Colombia o Argentina en la categoría WRC3.
Pero conforme cayó la noche y se encendieron las luces, fue subiendo el nivel con los más calificados que hicieron de la potencia, de los rulos y las rampas un espectáculo reflejado también en pantallas y transmitido a millones en todo el mundo.
Desde su llegada a esta ciudad, al mediodía, el campeón mundial de 2016, el francés Sebastian Ogier, y el líder y ganador en México 2016, el finlandés Jari-Matti Latvala, se dijeron sorprendidos por la infraestructura con la que se montó el circuito en el Centro Histórico.
Ogier y Latvala, coequiperos la temporada anterior y rivales desde entonces, ahora son más al mando de un Ford Fiesta y un Yaris Toyota, respectivamente, ambos frente al reto de equipos más poderosos, los Hyundai i20 Coupe, que aparecen como los más evolucionados para esta temporada.
Para los mexicanos, el panorama en el Mundial es alentador. Es la primera vez después de varios años que alguno consigue patrocinio para correr esta tercera fecha del serial en Europa, y ahora serán tres. Benito Guerra, primer y único campeón mundial en 2011, no tuvo respaldo hasta ahora, contratado por un equipo holandés, el BGR Motorsport, al volante de un Skoda, Triviño con Citroen y Name con Mitsubishi.
Como pilotos mexicanos debemos fomentar el deporte, tenemos que demostrar a los jóvenes la importancia de hacer su sueño realidad, y estar unidos, expresó Francisco Name.
La Jornada