La mexicana Xóchitl Domínguez Benetton tiene cuatro patentes en Europa por el desarrollo de diversas tecnologías electroquímicas, la más reciente para remover metales disueltos en cuerpos de agua y convertirlos en materiales para uso industrial. Sin embargo, la misma tecnología sirve para sintetizar nanopartículas de alto valor económico y funcional.
Actualmente, la científica connacional desempeña su labor en el Instituto Flamenco para el Desarrollo Tecnológico (VITO), en Bélgica, institución que realiza vínculos profesionales con más de diez empresas que pretenden respaldar el desarrollo tecnológico que encabeza; entre las interesadas se encuentran una de las petroleras más importantes a nivel global, la segunda compañía metalúrgica más grande del mundo para la extracción de zinc, la más mayor multinacional de reciclaje de metales preciosos y especializados, así como otras empresas de producción de catalizadores, materiales funcionales y de tratamiento ambiental.
Se trata de tecnología sostenible de vanguardia, de la que la misma doctora Domínguez Benetton refiere que genera tres beneficios directos.
Explica que en algunos rubros de la industria existen concentraciones muy bajas de metales en agua pero cuando se liberan al ambiente pueden ser muy contaminantes.
Por ello, algunas empresas tienen que pagar penalizaciones muy altas cuando en sus descargas exceden ciertas concentraciones de metales específicos, pero con el implemento de la innovadora tecnología electroquímica los pagos se reducen, pues se remueven los compuestos hasta en un 99.99 por ciento a un bajo costo energético.
Esto puede aplicarse también en ambientes naturales, como en agua de mar, sitios geotérmicos o salinas costeras, lo que permite acceder a nuevas formas de minería sustentable, ya que no se requieren excavaciones, ni la adición de compuestos químicos, ni el uso de energía fósil.
“El agua residual tiene metales y otros compuestos contaminantes, lo cual requiere un tren de tecnologías para su remoción. Pero si solo contiene metales (o metaloides), con nuestra tecnología se obtiene agua potable que puede ser tomada después de ser tratada.
Ejemplo de ello es el tratamiento que damos al boro, del cual la regulación actual permite descargas de 50 partes por millón, y la que entrará en operación determina siete partes por millón. Nuestra tecnología logra concentraciones de cinco partes por billón, es decir, tres órdenes de magnitud más bajos que lo que las normas actuales establecen”, detalla Domínguez Benetton, quien pertenece al Sistema Nacional de Investigadores, nivel I.
El segundo aprovechamiento posibilita crear nuevos productos con los metales removidos. Por ejemplo, si se trata de zinc se transforma en óxido de zinc que puede venderse como producto terminado para la vulcanización de caucho, en tanto que si se trata de cobre puede transformarse en óxido de cobre para emplearse en la producción de pigmentos para materiales cerámicos.
La tercera utilización refiere a no aplicar la tecnología a partir de aguas residuales sino enfocarla desde la síntesis, a fin de participar en la formación de partículas específicas, en este caso nanoparticulas.
Ejemplo de ello es empezar con iones de cerio en solución para obtener óxido de cerio con morfologías y tamaños de cristales bien definidos y por lo tanto con funciones específicas, como la absorción de oxígeno y eso tiene aplicaciones en ciertas industrias, por ejemplo, como reemplazo de nanozeolitas para capturar el oxígeno que penetra en los monitores de computadoras o dispositivos electrónicos y que daña su funcionamiento.
Sobre su permanencia en Bélgica, la mexicana puntualiza que actualmente dirige un proyecto patrocinado por el gobierno flamenco que tiene dos millones de euros, y en el cual participan la Universidad Católica de Lovaina (KU Leuven) y la Universidad de Gante (UGent).
Asimismo, con esta tecnología participa en diversos proyectos financiados por la Comisión Europea. En total, la nueva tecnología que desarrolla ha originado un portafolio tecnológico de cerca de cuatro millones de euros, que además permite la formación de talentos altamente especializados.
Sin embargo, no se deslinda de su país. “Trabajo en la fase terminal un proyecto Sener-Conacyt de cerca de 32 millones de euros, de los cuales hemos ejercido un millón 400 mil euros para desarrollar tecnología para mejorar la recuperación de hidrocarburos pesados y extrapesados, en colaboración con el Instituto Mexicano del Petróleo y otras siete instituciones, algunas de ellas canadienses.
“Soy competitiva con mis pares extranjeros, estoy orgullosa de mi formación en México en el Instituto Politécnico Nacional, y mi situación actual me permite posicionarme como un nodo que atrae a más talentos mexicanos que puedan venir a formarse y que puedan regresar al país a consolidar sus propias investigaciones e implementar avances tecnológicos. La vía más fácil para establecer un flujo de connacionales a instituciones de excelencia es teniendo mexicanos exitosos fuera”.
La doctora Domínguez Benetton lamenta que en el país no haya una plataforma o un canal formal para difundir las oportunidades para que los mexicanos apliquen desde el país para proyectos de investigación sobresalientes, y alienta a que se promueva una entidad que lo lleve a cabo, más allá de los sistemas tradicionales de becas.
“Recientemente lancé una convocatoria para recibir a posdoctorantes para desarrollos en electroquímica, para la cual recibí más de cien solicitudes y apenas dos eran de mexicanos, y su experticia en comparación con otras nacionalidades es menor.
Por otra parte, la mayoría de quienes aplican son hombres, incluso no siendo mexicanos, por lo que deberían abrirse más posibilidades de apoyo a incrementar la competitividad de las mujeres en las ciencias e ingenierías.
Yo he tenido éxito como científica, lo cual ha sido sobretodo circunstancial, y no fue trivial lograr un balance para mantenerme competitiva y al mismo tiempo ser madre y pilar de una familia. Por ello, en igualdad de competencias, siempre me siento comprometida a favorecer a mujeres; pero en desigualdad de circunstancias son necesarios más mecanismos que permitan cerrar esta brecha”.