El autor del ataque de Westminster nació en Reino Unido y fue investigado por su radicalismo
Londres.-El autodenominado Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés) se ha atribuido este jueves el atentado que ayer acabó con la con la vida de tres personas en Londres. A través de un breve comunicado difundido por Amaq News, una agencia que usa el grupo para difundir sus mensajes, el grupo yihadista se ha responsabilizado del ataque de Westminster. Poco antes, la primera ministra británica, Theresa May, informó en el Parlamento de que el agresor era un hombre nacido en Reino Unido que estuvo hace años en el radar de los servicios de inteligencia británica por su vínculos “extremistas”. No obstante, no ha revelado la identidad del terrorista, que atropelló con un todoterreno a una multitud de ciudadanos y atacó a dos policías con un enorme cuchillo sembrando el pánico en pleno centro político y turístico de Londres antes de ser abatido a tiros por la policía.
La principal hipótesis de los investigadores ya era que el atacante estaba “inspirado en el terrorismo internacional islamista”, como ha confirmado este jueves el secretario de Seguridad británico. El agresor, según expertos en lucha antiterrorista consultados por la radio pública, se trataría de una de las tres millares de personas que se encuentran bajo el radar de Scotland Yard o el MI6, a las que, materialmente, no pueden someter a un seguimiento diario. La prioridad inmediata es descartar que el ataque formara parte de una trama más amplia. La policía investiga el círculo más próximo al atacante, sus viajes pasados, sus comunicaciones y su actividad en Internet.
Esta madrugada, la policía británica ha realizado una operación policial en la ciudad de Birmingham, en pleno centro de Inglaterra, donde el terrorista alquiló el coche que usó como arma, un todoterreno marca Hyundai. Mark Rowley, alto mando de Scotland Yard, ha confirmado que hay ocho detenidos después de redadas en seis viviendas de Birmingham, Londres y otros puntos del país. La policía no tiene información que haga pensar en una amenaza inminente mientras la investigación sigue abierta.
Un total de 29 personas, de las 40 que resultaron heridas en el ataque, siguen ingresadas en diversos hospitales de la capital, siete de ellas en estado crítico. Los cuatro fallecidos, según Scotland Yard —que en un primer momento habló de cinco muertos—, son el agente de policía Keith Palmer, padre de familia de 48 años, que vigilaba el Parlamento; la británica oriunda de Galicia Aysha Frade, de 43 años, profesora de español en Londres; y Kurt Cochran, un turista estadounidense de Utah cuya mujer, Melillsa, sigue en el hospital. El cuarto fallecido es el propio atacante.
El terrorista, después de estrellar el vehículo y salir de él, logró adentrarse en los jardines del Old Palace Yard, adyacentes a la Cámara, antes de ser abordado por agentes de policía, a uno de los cuales (Keith Palmer) atacó con un puñal de entre 12 y 15 centímetros. A continuación, un compañero del agente realizó varios disparos contra el atacante. Se cree que actuaba solo, aunque no se descarta que contase con algún cómplice.
En el momento del atentado, Theresa May se encontraba en el interior del Parlamento, donde se celebraba la sesión semanal de preguntas a la primera ministra. La líder británica fue escoltada fuera del recinto sin sufrir consecuencias. May convocó enseguida una reunión del comité de emergencias Cobra, que incluye a sus principales ministros, junto a altos cargos de defensa y seguridad, para evaluar la situación.
A última hora de la tarde, a las puertas del número 10 de Downing Street, la primera ministra leyó un comunicado en el que calificó el atentado de “nauseabundo y depravado ataque terrorista”. May confirmó que el nivel oficial de alerta en Reino Unido sigue siendo “severo”, el segundo más alto de una escala de cinco, el mismo en el que el país lleva “algún tiempo” instalado.
“La localización del ataque no es accidental”, aseguró May. “Los terroristas eligieron atacar en el corazón de nuestra capital, donde personas de todas las nacionalidades, religiones y culturas se reúnen para celebrar los valores de la libertad, la democracia y la libertad de expresión. Las calles de Westminster, hogar del Parlamento más antiguo del mundo, están imbuidas de un espíritu de libertad que resuena en algunos de los lugares más remotos del globo. Y los valores que representa nuestro Parlamento -la democracia, la libertad, los derechos humanos y el imperio de la ley- merecen la admiración y el respeto de la gente libre. Por eso es un objetivo para aquellos que rechazan esos valores”.
La primera ministra anunció que el Parlamento reanudaría esta mañana su actividad normal, lo mismo que la ciudad entera. “Avanzaremos todos juntos. Nunca nos rendiremos ante el terror. Y nunca permitiremos que las voces del odio y el mal nos separen”, concluyó. Las redes sociales, durante toda la tarde, se llenaron de mensajes de solidaridad con la etiqueta #WeAreNotAfraid (“No tenemos miedo”).
El primer ministro francés, Bernard Cazeneuve, confirmó que entre los heridos están tres estudiantes franceses, de entre 15 y 16 años, que se encontraban de visita escolar. Dos de ellos se hallan en estado crítico. El Ministerio de Exteriores de Rumania precisó que dos de sus nacionales figuran igualmente entre los heridos.
Este miércoles se cumplía un año de los atentados en Bruselas que causaron 32 muertos y más de 300 heridos. El ataque reavivó en la memoria de muchos británicos los atentados yihadistas de julio de 2005 en Londres, en los que fueron asesinadas medio centenar de personas.
Los líderes de numerosos países mostraron su solidaridad y apoyo al pueblo británico. El Gobierno del presidente de EE UU, Donald Trump, condenó el atentado y ofreció su total apoyo a Reino Unido para encontrar a los responsables. El presidente español, Mariano Rajoy, escribió en Twitter que “España está con el pueblo británico”. El ministro italiano del Interior, Marco Minniti, ha convocado para este jueves a las fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia ante la cumbre europea que Roma acogerá el sábado.
El País