Esta Semana Santa sí que dejó algunas sorpresas en Oaxaca, para unos no fueron gratas, para otros no pueden ser mejor…
La cosa está así: Un secretario de gobierno, digo, ahora exsecretario, que desde que se rumoraba que estaría a cargo de la política interna del estado desató inconformidades debido a su historial de opacidad y excesos en la LXII Legislatura.
A Alejandro Avilés le pidieron su renuncia. No fue el escándalo de la “Casa Blanca”, ni sus negocios con los administradores municipales, tampoco las acusaciones de corrupción en su gestión como presidente de la Junta de Coordinación Política de la LXII Legislatura, fue la exhibida que le dieron a su hijo a través de las redes sociales por el uso indebido de un helicóptero oficial. Sí, Avilés Jr., su hermana, y otros amigos y familiares, usaron la aeronave que se pagó con recursos del erario oaxaqueño, con un piloto que cobra de ese erario y con toda la desfachatez que implica aprovecharse del cargo de “papi” para atracarse los recursos y bienes del estado, un estado en el que la mayoría de sus habitantes no se van de vacaciones ni al siguiente pueblo… Vaya desgracia que nos toque de funcionarios gente que tiene y quiere y quiere más a costa de lo que sea.
Tan “fuerte” era el compromiso de los Murat y el PRI con Avilés, que tuvieron que “aguantar” varias veces los errores y excesos de éste. Tanta era la desesperación de José Murat que, diiiicen, fue él quién mandó a difundir el asunto de la “Casa Blanca” , e incluso, presionó para que al exsecre le quedara claro que la designación de los administradores correspondía a su cachorro, y no a él como titular de la Segego, aunque de todas formas fue Avilés quien acomodó a sus cuotas y cuates.
Pero no contaban que sería el mismo ahora ex funcionario, quien se echaría la soga al cuello,… aaaah, quien le manda a no enseñarle a su familia a tener cuidado cuando de aprovecharse de los cargos se trata, …eso habrá pensado más de un funcionario o funcionaria que se dan golpes de pecho con este asunto, pero que en su momento también se han valido de sus cargos para facilitarse la vida, sin importar que se deben al pueblo y tienen salarios bastante dignos como para todavía abusar… no se vale, eso se llama “ser cerdo”….
En fin, este desliz fue bastante oportuno, que José y Alejandro Murat, y muchos más, incluyendo a la base priista, están felices, mientras que el pueblo espera que ahora sí, se solucionen o al menos se enfrenten como se debe los problemas de la entidad; no obstante, es el mandatario estatal quien debe poner mano dura a los chantajes de la Sección 22, normalistas, transportistas, y tantas organizaciones que atormentan a nuestro hermoso Oaxaca.
En tanto, a Alejandro Avilés ya se le cayó su carrera por el Senado, por lo que otros aspirantes, como Samy Gurrión, están que no caben de felicidad…
Ya veremos si en verdad era él quien ponía trabas a la solución de los problemas. Mientras, les cuento que con tanto calor, aparte del político-social, en la capital oaxaqueña, ¡ay mamá chulita, siento que me voy a desmayar!