El pontífice dijo que los traficantes de armas son los únicos beneficiados por las guerras en las que salen perdiendo los más inocentes.
Ciudad del Vaticano.-El papa Francisco volvió este jueves a pedir al mundo que “detenga a los señores de la guerra”, los únicos “que se benefician con la violencia y la guerra”, advirtió.
En una entrevista concedida al diario italiano La Repubblica, el pontífice argentino reiteró en plena Semana Santa su llamado a la paz en un mundo marcado por los conflictos y la guerra “a pedazos”, como suele llamarla.
“Creo que el pecado hoy en día se manifiesta con toda su fuerza de destrucción en las guerras, en las diferentes formas de violencia y maltrato, en el abandono de los más frágiles”, dijo.
“Y los que pagan son siempre los últimos, los inermes”, recalcó Francisco.
El pontífice argentino reconoció que vive esta Semana Santa con particular dolor, sobre todo después de los atentados el Domingo de Ramos en Egipto contra dos iglesias de cristianos coptos, que causaron la muerte de 45 personas.
“Siento que debo pedir con más fuerza la paz para este mundo sometido a los traficantes de armas que se benefician con la sangre de hombres y mujeres”, confesó.
Durante la entrevista, el papa confesó que se interroga continuamente sobre la finalidad de estas guerras y si tanta violencia desencadenada no termina por beneficiar sólo a “unos pocos señores de la guerra”, sostiene.
“Lo digo y lo repito de nuevo: la violencia no es la cura para un mundo destrozado”, recalcó.
“Responder a la violencia con violencia conduce, en la mejor de las hipótesis, a migraciones forzadas y terribles sufrimientos”, recordó el pontífice argentino.
“Grandes cantidades de recursos se destinan a fines militares y se sustraen de los (fondos) para las exigencias de los jóvenes, de las familias en dificultad, de ancianos y enfermos, para la gran mayoría de los habitantes del mundo”, explicó.
“El papa de los últimos”, como lo llama el diario, teme inclusive que tantas guerras terminen por “llevar a la muerte, física y espiritual, de muchos, cuando no de todos”, advierte.
Si bien el líder de 1,300 millones de católicos en el mundo denuncia a los “señores de la guerra”, entendidos éstos como fabricantes y traficantes (de armas), el tema estuvo poco desarrollado en la charla.
La guerra es un gran negocio, sobre todo para la industria armamentística, según el Instituto SIPRI de Estocolmo, que publicó un informe hace dos años sobre las ventas de los cien mayores fabricantes de armas del mundo.
Sólo en Estados Unidos tienen sede 38 de los 100 mayores fabricantes de armas. Sus ventas representan más de la mitad del comercio mundial.
AFP