Al menos 39 personas murieron tras el estallido de un vehículo bomba en medio de un convoy de autobuses que evacuaba a los habitantes de varios pueblos sitiados por fuerzas rebeldes en Siria, reportaron medios estatales.
La bomba destrozó autobuses e incendió coches, dejando un reguero de cuerpos, incluidos niños, cuando el convoy esperaba tras haber cruzado desde una zona controlada por el gobierno hacia el territorio rebelde de Rashidin, en el oeste de Alepo.
Se cree que hay cientos de heridos en el lugar, donde miles de personas esperaban ser trasladadas hacia zonas más seguras y llevaban unas 30 horas sin avanzar, según un corresponsal de AFP en la zona.
Las víctimas son de los pueblos de Foah y Kefraya, de mayoría musulmana chiita, parte de un acuerdo en el que gobierno y rebeldes iban a evacuar a miles de personas de pueblos asediados.
“Hay muertos por todos lados. Se pueden ver decenas de autos quemados, cuerpos por todos lados”, le dijo un testigo que no dio su nombre a la agencia siria Qasioun.
La explosión se produjo alrededor de las 15.30, hora local, en un puesto de control.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, organización con base en Reino Unido, afirmó que un atacante suicida que conducía una camioneta la hizo estallar.
Atrapados en territorio hostil
Miles de personas de ambos bandos de la guerra civil siria que iban a ser evacuadas están atrapadas en territorio hostil desde el viernes.
La evacuación se iba a producir en virtud de un acuerdo liderado por Irán y Qatar destinado a aliviar el sufrimiento de los pueblos asediados: Foah y Kefraya en el noroeste, bajo control del gobierno; y Madaya y Zabadani, en manos rebeldes cerca de Damasco.
Los residentes de Foah y Kefraya, la mayoría de los cuales son musulmanes chiitas, han estado sitiados por fuerzas rebeldes y yihadistas sunitas vinculados a al Qaeda desde marzo de 2015.
Madaya y Zabadani, de mayoría sunita, han estado por su parte sitiadas desde junio de 2015 por el ejército sirio y combatientes del movimiento chiita libanés Hezbolá.
Unas 30.000 personas iban a ser evacuadas, pero según la agencia AFP unos 5.000 evacuados de zonas gubernamentales y unos 2.200 de pueblos rebeldes están atrapados.
Los rebeldes acusan al gobierno de romper el acuerdo al intentar evacuar a más combatientes afines de los acordados en un principio.
El mes pasado Naciones Unidas describió la situación en los pueblos sitiados como “catastrófica”.
Los evacuados desde la ciudad de Madaya, en manos rebeldes, pidieron a las organizaciones internacionales que los protejan de actos de venganza por este ataque y dijeron que condenan la agresión contra otro convoy.