El arranque de la actual administración estatal, ha sido el banderazo de salida para que diversas organizaciones sociales y gremiales manifiesten sus exigencias, algunas de ellas legítimas y otras no.
Ignacio Martínez Platas
Legislador 43
Oaxaca de Juárez, Oax.- El coordinador de la bancada del Partido Acción Nacional (PAN), Juan Iván Mendoza Reyes, exhortó al gobernador Alejandro Murat Hinojosa, a que informe sobre la cantidad que se destina en apoyos económicos a las organizaciones sociales, criterios, nombres y periodicidad de éstas asignaciones.
En la propuesta con Punto de Acuerdo, se señala que ha sido práctica común de la Secretaría General de Gobierno y de otras dependencias del Ejecutivo Estatal, el tranzar con algunas organizaciones radicales, para evitar supuesto daños mayores a la gobernabilidad de Oaxaca.
Sin embargo, para el diputado panista esta forma de operar no ha tenido éxito o definitivamente, ha fracasado y solo exhibe la incapacidad para lograr acuerdos que permitan la gobernabilidad y la normalización democrática de la vida económica, política y social de Oaxaca.
En su intervención, Mendoza Reyes sostuvo, “que los tiempos que se fueron ya no deben volver y desandar lo andado, puede tener consecuencias terribles para Oaxaca”.
Más adelante, pidió cerrar las heridas de esa dolorosa historia que con recursos públicos alimentó el surgimiento de movimientos y organizaciones, que solo buscaban la desestabilización del estado protegidos por funcionarios de primer nivel que se despacharon con la cuchara grande al repartir recursos sin control, por encima del interés de la sociedad oaxaqueña.
El arranque de la actual administración estatal, ha sido el banderazo de salida para que diversas organizaciones sociales y gremiales manifiesten sus exigencias, algunas de ellas legítimas y otras no, muchas, mediante actos de presión política en las ocho regiones del estado.
Afirmó que algunos grupos radicales cayeron en la intolerancia provocando el caos y violencia, amenazando la seguridad y la integridad de miles de familias oaxaqueñas, escudándose en pancartas y pasamontañas, cometiendo actos vandálicos y delitos del fuero común y federal.
Lo grave de esta práctica antidemocrática, es que ocurre en los drenajes de la política y en un profundo oscurantismo, a espaldas de la sociedad oaxaqueña, dejando un tufo de corrupción e impunidad en las relaciones entre gobierno y las organizaciones sociales, que han encontrado en el chantaje un modus vivendi y el fácil acceso a las arcas gubernamentales.