El reloj en el centro de México marcaba las siete y media de la mañana del miércoles 19 de abril. Muchos se alistaban para salir al trabajo y los niños probablemente dormían gozando de los últimos días de vacaciones de primavera. En Tijuana, Baja California, las manecillas marcaban dos horas menos, en La Habana, Cuba, una más, y en Singapur eran las ocho de la noche con 30 minutos.
Justo en ese momento, el asteroide 2014JO25 se acercó a la Tierra, a la cual orbitará cinco días más. Pese a su gran tamaño, entre 650 metros y 1.4 kilómetros de diámetro, no representa ningún peligro de colisión, pues se ubica a más de 1.8 millones de kilómetros de distancia, esto es, 4.57 veces el trecho de la Tierra a la Luna.
Así lo informaron en conferencia Guadalupe Cordero Tercero y Rafael Costero Gracia, investigadores de los institutos de Geofísica y Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Agregaron que las posibilidades de que un meteoro de grandes dimensiones impacte con nuestro planeta son de uno cada varios millones de años, pero cuando suceda podría extinguir a miles de especies.
El más grande en 13 años
El 2014JO25 es el mayor que se ha acercado a la Tierra desde hace 13 años. En mayo de 2014 fue descubierto por científicos de la Nasa y de la Universidad de Arizona mediante el Mount Lemmon Survey, un servicio del laboratorio lunar y planetario Catalina Sky Survey, el cual tiene su sede en esa casa de estudios estadunidense.
Los especialistas enfatizaron que el acercamiento del asteroide representa una oportunidad única para estudiarlo y conocer más acerca de las formaciones rocosas e incluso de estar mejor preparados ante un futuro evento.
La UNAM ya cuenta con la Red Mexicana de Detección de Meteoros, con el objetivo de que especialistas en estos fenónemos los analicen y detecten con un gran trabajo de coordinación.
La Jornada