Familiares de uno de los hombres abatidos en Palmarito señalan que su hijo no pertenecía a ninguna banda de robo de combustibles como lo han dado a conocer las autoridades.
Quecholac, Puebla.- No era un ladrón de gasolina sino un campesino, aseguran sus padres. El hombre que presuntamente fue ejecutado por un militar cuando ya había sido asegurado en la comunidad de Palmarito Tochopan, se llama Raúl Jiménez Martínez y tenía 47 años de edad.
Doña Herminia define a su hijo con tres palabras: “decente, trabajador y honesto”. Se niega a creer a que se dedicara al tráfico de combustible como han hecho creer las autoridades locales y federales, pues según la versión oficial, en los dos enfrentamientos que se registraron la noche del 3 de mayo en Palmarito Tochapan, los seis civiles que fueron abatidos, estaban coludidos con una banda de “huachicoleros”
Sin embargo, ni la mamá ni el papá, Efrén, saben qué hacía su hijo en el cruce de la Avenida 10 Norte-Sur y Avenida Hidalgo esa noche de miércoles cuando el coche en el que viajaba —se presume que era blindado— con otros dos hombres fue recibido a balazos a las 20:28 horas, según se exhibe en un video difundido por el periódico local Cambio en su edición del pasado miércoles.
La justificación de los padres de Raúl para desconocer las razones de su hijo para estar en esa zona, es que ya tenía tiempo viviendo con sus seis hijos y esposa en el municipio de Atlixco. Pero, en entrevista con el equipo del diario local, los padres dieron otra versión: que su hijo se dirigía a componer su automóvil.
“(Mi hijo iba a componer su camioneta, aquí a Las Cruces (en el barrio) que porque su camioneta andaba mal de una llanta y de ahí ya no sé. Quién sabe”, comentó la mamá.
Sobre los otros dos hombres que acompañaban a Raúl esa noche y que se ve en los videos que fueron detenidos, nadie sabe nada.
“¡NO LOS MATEN!”
“¡Mátenlo, mátenlo!”, gritaban algunos policías militares la noche del 3 de mayo durante el enfrentamiento con civiles en el barrio de Las Cruces en Palmarito Tochapan, asegura una habitante que escuchó los disparos.
Esta mujer que por razones de seguridad prefiere mantenerse en el anonimato, contó que rogó con gritos que no les dispararan a los civiles, pues sostiene que los conocía y que no tienen nexos con alguna banda criminal sino que se dedicaban al campo y que seguramente en esa noche, al igual que ella y sus amigas, iban a un baile que se realizaba en esa zona por el Día de la Santa Cruz.
“Les gritábamos que no los mataran y nos dijeron que si nos acercábamos nos iban a apuntar y nos apuntaron y dispararon. Afortunadamente logramos escondernos”, contó.
NO TODOS SON HUACHICOLEROS”
“El pueblo respalda a quien defendió a nuestras mujeres y niños”, se lee en una de las mantas colocadas a un costado de la iglesia del pueblo. Expansión platicó con una docena de habitantes, quienes aseguraron que las cosas no fueron como lo dieron a conocer la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y el gobierno del panista Antonio Gali Fayad.
“No negamos que haya huachicoleros, pero no son todos”, comenta una campesina quien se niega a proporcionar su nombre.
Tanto ella como otros hombres del pueblo aseguran que el primer muerto se registró a las 18:30 horas en la entrada de la comunidad, en la zona conocida como “los lavaderos”. Los vecinos aseguran que una persona de nombre José Guadalupe Sánchez Martínez de 35 años de edad, se encontraba limpiando cebollines cuando recibió un disparo en la cabeza que le arrebató la vida de manera instantánea y que esto provocó el enojo de los pobladores y huachicoleros.
La versión de los vecinos de esta comunidad no coincide con lo difundido por el gobierno, ya que según las autoridades federales y estatales, la emboscada contra los soldados se dio a las 20:30 horas, en la que presuntamente se utilizaron como escudos a niños y a mujeres.
“¿Dónde está su jefe?”, “¿Dónde están las armas?”, fueron los gritos con los que los policías militares irrumpieron la vida cotidiana de los habitantes esa noche. La mayoría coincide en que entraron preguntando por “El Toñín”, quien según lo que ha declarado el propio gobernador, se trata del líder de la banda de ladrones de combustible que tiene el control en Palmarito Tochapan, situado en la zona del “triángulo rojo”.
“Cuando ya habían matado a uno de los nuestros, los huachicoleros salieron en defensa de su pueblo”, sostiene una mujer quien asegura que los hombres dedicados al tráfico de gasolina, sí participaron en las balaceras, pero que fue una reacción después de que elementos del Ejército entraran disparando y deteniendo a a personas que aseguran no se dedican al robo de combustible.
ZONA DE GUERRA
El lugar del enfrentamientos de la noche del 3 de mayo, se centró principalmente en las calles del barrio de Las Cruces, que fue donde dos cámaras de circuito cerrado, colocados en el techo de una vivienda, captaron cuando un convoy de militares ingresaron a la zona y cerraron el paso a una camioneta blanca, de donde bajaron a un civil que portaba un chaleco antibalas.
Minutos después, el sujeto aprovechó un momento de confusión para asesinar por la espalda a uno de los militares. De acuerdo con el video eran las 20:25 horas.
En otro ángulo se muestra cómo un elemento de la Sedena dispara en la cabeza a una persona tirada boca abajo, luego de un enfrentamiento.
as paredes de las viviendas que se ubican en la Avenida Hidalgo, denotan la magnitud del enfrentamiento de esa noche, cuyo saldo fue de diez muertos: cuatro militares y seis civiles, entre ellos una mujer y un menor de edad. Otras nueve personas fueron vinculadas a proceso, pero solo cuatro están acusados de homicidio calificado.
Expansión