La canciller venezolana Delcy Rodríguez abandona la cumbre que pretendía sancionar la convocatoria de la Asamblea constituyente por el régimen chavista
Quintana Roo.- Mucho se ha hablado de que hay una crisis humanitaria, pero es solo una excusa más para una intervención en Venezuela. Y no volveré a esta Asamblea mientras seamos un país libre y soberano”, ha dicho este lunes la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, antes de abandonar airadamente la sala. Venezuela ni siquiera esperó a conocer el comunicado final que se iba a emitir en la cumbre y quemó así sus naves frente a la diplomacia de todo el continente al anunciar que abandona la Organización de Estados Americanos (OEA). La propuesta de México, que buscaba forzar un diálogo entre el régimen y la oposición en Venezuela, no ha logrado los 23 votos necesarios para ser aprobada –obtuvo 20 de los 34 apoyos posibles–.
La canciller Rodríguez se fue repartiendo críticas hacia el secretario general, Luis Almagro, a quien llamó “instigador de la violencia”; a la diplomacia mexicana, que calificó de “infantil”; y dirigiéndose únicamente al grupo de países “que no se han plegado”, entre ellos Nicaragua, Cuba o Ecuador y algunos caribeños, la canciller les ha advertido: “Cuiden y vigilen su institucionalidad para que no se produzca una grave violación a la soberanía como la que pretenden con Venezuela”.
“Así que, aunque el tono sea alto, medio o bajo, desconocemos cualquier resolución y el mecanismo tramposo que se ha seguido hasta llegar aquí”, ha añadido la nueva estrella mediática y diplomática del chavismo, quien advirtió que otros países también estudian seguir su ejemplo y abandonar la OEA ante “el cariz que está tomando”, ha asegurado sin querer citarlos.
A pesar de llegar con la delegación más numerosa de todas, más de 20 personas, Venezuela se ha marchado antes de que comenzara formalmente la 47ª Asamblea de la OEA de la que previsiblemente podría salir malparada por el empuje de 14 países, entre ellos los de más peso de la región, como México, Colombia, Argentina o Brasil –con el respaldo de Estados Unidos–, que buscan una rotunda resolución de condena a la gestión de Nicolás Maduro.
Horas antes el canciller mexicano, Luis Videgaray, impulsor de la propuesta más dura contra Venezuela, había dejado claro que “solo apoyaremos una resolución clara”, en referencia a un texto en el que se debía reflejar el deterioro de condiciones democráticas en Venezuela así como la necesidad de mantener “el respeto a la Asamblea Nacional, la elaboración de un calendario electoral, la libertad de presos políticos y el freno al proceso Constituyente que polariza más a la sociedad”, afirmó.
la canciller.
Precisamente la Asamblea constituyente ha sido uno de los temas más polémicos. Mientras que Venezuela considera una injerencia que se pida su suspensión, los países moderados dentro del G-14 (los países que buscan una resolución condenatoria contra Venezuela) lograron colar la palabra “reconsiderar” en lugar de suspender la Asamblea.
Más allá de precisiones diplomáticas la reunión previa de la OEA mantuvo el tono ríspido con que comenzó.
Para defender la causa venezolana en Cancún la canciller llegó decidida a jugar su última batalla ideológica dentro y fuera de los despachos. En la esquina opuesta, el nuevo contendiente, México, quien ha tomado la bandera de los países críticos. Además de que juega en casa, el país norteamericano busca el éxito diplomático con una dura condena al Gobierno de Maduro, jamás conseguida hasta el momento.
La tensión entre ambos actores, México y Venezuela, y la que se vive en las calles del país caribeño se trasladaron por momentos hasta el lobby del hotel Moon Palace, donde se celebra la Asamblea de la OEA y se alojan las delegaciones. La noche del domingo los venezolanos Luis Florido, en nombre de un grupo de cinco diputados de la oposición, y el articulista Gustavo Tovar tuvieron un barriobajero enfrentamiento verbal con miembros de la delegación venezolana. Después de varios minutos de insultos y reproches la canciller Rodríguez, quien llegó este lunes a Cancún, reaccionó colgando en Twitter fotos del encontronazo y responsabilizó de cualquier problema de seguridad al canciller mexicano. “Ni México ni la OEA puede controlar el acceso de miles de personas que vienen a otra cosa a Cancún. El Gobierno de México es responsable dentro del perímetro y lo que ocurrió, que solo fue un incidente verbal, sucedió fuera de este espacio”, respondió Videgaray.
El País