Peña Nieto aseguró que la tecnología que su administración adquirió se ha empleado para la seguridad interna y jamás, resaltó, ha sido mal utilizada para escuchar de manera ilegal a activistas, periodistas y mucho menos a los ciudadanos. El Presidente agregó que quienes acusan a su Gobierno de espionaje mienten, porque, dijo, es muy fácil señalar sin tener pruebas.
La investigación fue revelada por el New York Times desde febrero pasado, cuando se dio a conocer que las primeras víctimas del #GobiernoEspía fueron activistas que están contra las refresqueras.
Ciudad de México.- El Presidente Enrique Peña Nieto aseguró este jueves que somos una sociedad que se siente espiada, incluso él cuando recibe mensajes o llamados, por lo que tiene cuidado con lo que habla por teléfono.
Al encabezar un evento en el Parque Industrial Lagos de Moreno, en Jalisco, el mandatario habló por fin sobre la investigación del diario The New York Times, #GobiernoEspía, que revela que desde el inicio de la administración del priista fue adquirido equipo de espionaje para ser empleado contra activistas y periodistas mexicanos.
“Somos una sociedad que las más de las veces nos sentimos espiados. Yo mismo como Presidente de la República, a veces recibo mensajes, cuya fuente u origen desconozco, pero como ocurre en todo caso, soy cuidadoso en lo que hablo telefónicamente porque no faltará que alguien, o que alguna vez, exhiban alguna conversación mía”, señaló Peña Nieto.
El Presidente agregó que quienes acusan a su Gobierno de espionaje mienten, porque, dijo, es muy fácil señalar sin tener pruebas.
“Resulta muy fácil señalar y apuntar, convocar para que se señale al Gobierno como una entidad que espía, nada más falso que eso. Ninguna de las personas que se sienta agravada puede demostrar que su vida haya sido lastimada por supuestas intervenciones”, dijo.
Peña Nieto aseguró que la tecnología que su Gobierno ha adquirido se ha empleado para la seguridad interna, jamás para escuchar de manera ilegal a activistas y periodistas.
“No cabe intervenir de manera ilegal la vida privada de cualquier ciudadano, eso no cabe en una democracia como la que vivimos en México”.
Incluso, condenó “cualquier intervención que se tenga en la vida privada de cualquier activista o periodista”.
Informó que instruyó a la Procuraduría General de la República (PGR) para que realice la investigación correspondiente “con toda celeridad y prontitud”.
La tecnología a la que se refiere el Presidente es el malware “Pegasus”, desarrollado por la empresa iraní NSO Group, que en teoría sólo debe ser usado para investigar a criminales y terroristas.
De acuerdo con el documento revelado por el Times, entre enero de 2015 y julio de 2016, se registró una serie de ataques contra periodistas y activistas mexicanos través de ese sistema. A estos se suman los 12 intentos registrados en contra de científicos y activistas de la Alianza por la Salud Alimentaria.
El informe fue elaborado por las organizaciones Artículo 19, R3D y Social TIC, con asesoría técnica de Citizen Lab de Canadá.
El diario estadounidense cita que cada infección exitosa tendría un costo que oscila alrededor de los 77 mil dólares.
Organizaciones de la sociedad civil, periodistas y activistas espiados por el Gobierno de México presentaron una denuncia formal ante la PGR para que investiguen a las instancias federales involucradas en este caso.
La periodista Carmen Aristegui, una de las víctimas de espionaje, lo consideró “inaceptable” y reclamó al Gobierno de México que dedique su tiempo a investigar a defensores de derechos humanos y activistas, mientras los criminales siguen libres.
En una carta de tres renglones, firmada por Daniel Millán Valencia, Director General de Medios Internacionales de la Presidencia de la República, pidieron a los afectados denunciar ante la Procuraduría General de la República (PGR) y señalaron, sin más, que no existen pruebas de que el Gobierno mexicano haya sido el autor de la vigilancia ilegal.
Posteriormente, la Procuraduría General de la República (PGR) abrió una capeta de investigación por los delitos de intervención de comunicaciones privadas y acceso ilícito a sistemas y equipos de informática que fueron utilizados presuntamente para espiar a periodistas y defensores de derechos humanos, además de solicitó información sobre las dependencias y empresas que han facilitado este tipo de intervención.
La PGR es una de las dependencias señaladas de haber adquirido el software “Pegasus” con el cual se produjo el espionaje en México.
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