Neomuralista; Mexicano vende su arte al mundo

Israel Guerra, originario de Zacatelco, Tlaxcala, inició en el grafiti como una forma de rebeldía juvenil, pero su estilo evolucionó y ahora pinta en las paredes de los países que visita FOTOS: CORTESÍA SPIKE

De ser arrestado por la policía por pintar grafitis en bardas de Tlaxcala, hoy Spike plasma sus obras en muros de países como España, Italia, Reino Unido y Egipto.

Cuando usted lea estas líneas, probablemente Israel Guerra esté caminando por alguna calle de Italia volteando a ver las paredes para encontrar un nuevo lugar dónde dejar la huella del país que lo vio nacer: México.

O quizá este joven treintañero esté tomando un vuelo más que lo lleve a alguno de los cinco continentes donde su trabajo no sólo es reconocido y admirado, también es lo que le da de comer, porque él hizo de un pasatiempo mal visto por muchos, un oficio rentable.

Lo conocen en el mundo del arte como Spike. La prensa de países como Francia, Bélgica o Italia lo ha llamado “precursor del neomuralismo mexicano”, algo que seguramente Israel ni siquiera imaginaba en los años lejanos de su niñez, cuando corría por las calles a medio pavimentar de Zacatelco, una pequeña comunidad donde actualmente viven unas 40 mil personas y que es la quinta localidad en tamaño del estado de Tlaxcala, aunque está más cerca de Puebla que de la misma capital de la entidad.

Fue allí donde Spike hizo sus primeros rayones en paredes, pintas sin sentido, letras sobre todo, como las de todo grafitero que en la clandestinidad canalizaba su rebeldía en la fuerza con la que apretaba el botón del aerosol. Zacatelco era entonces un pueblo pequeño, donde el desarrollo industrial apenas comenzaba.

Aunque desde muy joven vive en Morelia, Michoacán, la realidad es que Spike es un trotamundos. Tiene el privilegio de pocos: que un oficio que ama y lo hace plenamente feliz, sea también lo que le dé dinero. Y no le va nada mal.

En promedio percibe entre 20 mil y 30 mil pesos al mes. ¿Cómo? ¿Por pintar muros? Pues sí, porque lo que Spike hace no es algo que pueda hacer cualquiera, pero además, porque cuando el grafiti se convierte en algo más elaborado como el arte callejero, o mejor dicho street art, (término acuñado universalmente), y más allá de que los muros pintados por personas como este mexicano embellezcan las ciudades como piezas monumentales de arte, también atrajeron la atención del mundo de la publicidad, que necesitaba encontrar nuevas maneras de hacer llegar sus mensajes.

El Universal