La cancillera alemana admitió que se había visto obligada a reflexionar sobre su rechazo a la adopción por parte de parejas del mismo sexo
Berlín.- Cuando faltan poco menos de tres meses para las elecciones federales, el matrimonio homosexual —que Alemania no se ha legalizado— se ha convertido en una poderosa arma electoral que ha obrado el milagro de hacer recapitular a la canciller Angela Merkel, que se ha negado durante los 12 últimos años a legislar en ese tema.
La democristiana abrió la puerta a una legalización del matrimonio entre hombres o mujeres el lunes por la noche cuando declaró, durante un coloquio organizado por la revista Brigitte en un teatro de Berlín, que según su punto de vista las parejas homosexuales y las heterosexuales eran igual de valiosas y admitió que se había visto obligada a reflexionar sobre su rechazo a la adopción por parte de parejas del mismo sexo. El matrimonio igualitario no es legal, además de en Alemania, en Austria, Italia, Grecia y Malta así como en los países de Europa del Este, según ILGA, la Asociación internacional que agrupa a los LGTB.
La sorpresa del coloquio llegó cuando Merkel se mostró a favor de un voto de conciencia de los diputados de la fracción parlamentaria democratacristiana en el Bundestag, una medida que deja en libertad a los diputados de votar sin una consigna partidista. “Yo deseo orientar la discusión hacia una situación en la que sea una cuestión de conciencia, en vez de una imposición”, dijo Merkel.
La decisión de Merkel también obedece a una delicada maniobra táctica que tuvo que adoptar después de que tres partidos, y potenciales socios para formar un futuro Gobierno, advirtieran que solo negociarían una posible alianza, si la legalización del matrimonio igualitario era incluida en el futuro programa de gobierno.
El sorpresivo cambio de actitud de Merkel se convirtió en una realidad este martes cuando la canciller abogó por dar libertad a los diputados del grupo parlamentario democratacristiano para que voten en conciencia, una medida que puede posibilitar que el Parlamento federal se reúna esta misma semana para votar a favor del matrimonio homosexual.
Los Verdes se convirtieron hace dos semanas en el primer partido en poner esa condición y a los pocos días, el partido Liberal, que tiene grandes posibilidades de estar representado nuevamente en el Bundestag con un resultado de dos dígitos hizo lo mismo. El domingo pasado, el candidato del partido socialdemócrata (el SPD), Martin Schulz, asumió también el requisito como propio.
Schulz fue un poco más lejos este martes y anunció que desea forzar esta misma semana una votación en el Bundestag sobre el asunto con el apoyo de los Verdes y el partido La Izquierda. Durante una rueda de prensa de balance de la legislatura realizada en Berlín, Schultz justificó su propuesta aludiendo a las declaraciones hechas por Merkel durante el coloquio organizado por la revista Brigitte.
“Merkel hizo ayer (el lunes) un movimiento y ahora le tomamos la palabra. No queremos representar un obstáculo para esta decisión de conciencia”, dijo el candidato socialdemócrata, que acusó al bloque democratacristiano de Merkel de haber bloqueado en los últimos cuatro años la legalización del llamado “matrimonio para todos”.
Schulz y su partido desean que el Bundestag se pronuncie sobre un proyecto de ley aprobado por la Cámara alta (Bundesrat) en septiembre de 2015 gracias a la mayoría de Gobiernos regionales socialdemócratas, verdes y de izquierda. Aquella propuesta también calificaba la prohibición como una simbólica discriminación de las personas en virtud de su identidad sexual.
La iniciativa del Bundesrat llegó al Parlamento Federal en noviembre de ese año y, desde entonces, ha sido rechazada en más de 30 ocasiones por la comisión de derecho del Parlamento, a causa de la oposición del grupo parlamentario democratacristiano y también en parte a causa de la voluntad del SPD de no querer provocar una crisis de Gobierno.
La importancia del voto gay fue reconocida ya en la campaña electoral de 1998 por los estrategas de la candidatura de Gerhard Schröder. El SPD prometió entonces, en caso de ganar las elecciones, legislar para que las parejas homosexuales fueran reconocidas por la ley. Schröder ganó a Helmut Kohl y, el 1 de agosto de 2001, Angelina Baldow y Gudrun Pannier escribieron un nuevo capítulo en la historia del movimiento gay, al contraer la llamada “unión civil”, ahora con los mismos derechos que el matrimonio salvo la adopción.
El País