Caracas.- Las fuerzas militares reforzaron hoy sus operaciones de seguridad en instituciones públicas y organismos del Estado venezolano, después de que el martes un helicóptero de la policía, que fue secuestrado, atacara la sede del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), según reportó el gobierno.
Caracas. Las fuerzas militares reforzaron hoy sus operaciones de seguridad en instituciones públicas y organismos del Estado venezolano, después de que el martes un helicóptero de la policía, que fue secuestrado, atacara la sede del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), según reportó el gobierno.
Las brigadas de la Guardia Nacional se apostaron en las calles cercanas a la casa de Gobierno, el TSJ y Ministerio del Interior, entre otras, mientras las autoridades seguían buscando la aeronave rebelde.
El incidente del martes no dejó víctimas, aunque el Gobierno dijo que el piloto del helicóptero, el integrante de la Brigada de Acciones Especiales (BAE) de la policía judicial, Oscar Pérez, había disparado contra la sede del TSJ y lanzado varias granadas.
Inmediatamente, los carros blindados del Ejército se apostaron en las calles alrededor de la casa de Gobierno, a escasa distancia de la sede del TSJ, en el centro de la capital.
Tras conocer lo ocurrido, el presidente habló de un acto “terrorista y golpista” y señaló que pronto será detenido el piloto, que fue vinculado al ex ministro del Interior Miguel Rodríguez Torres, a quien el presidente había acusado el domingo de ser espía de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadunidense.
El ministro de Comunicación e Información, Ernesto Villegas, dijo que la acción formaba parte de la “ofensiva insurreccional adelantada por factores extremistas de la derecha venezolana (oposición), con apoyo de gobiernos y poderes extranjeros”.
El helicóptero azul, usado para traslados de la policía judicial, desapareció en el aire, sin que los escuadrones antiaéreos pudieran interceptarlo. Tenía una pancarta que decía “libertad”.
El canal multinacional Telesur dijo que en el momento del ataque los magistrados del TSJ sesionaban y cerca del área cayeron dos granadas que explotaron.
Tras el incidente, la vida en el centro de Caracas volvió a la normalidad, pero con mayor presencia militar y la circulación de patrullas militares.
El ministro de Defensa, mayor general Vladimir Padrino, condenó el incidente de la aeronave como un “acto terrorista” y llamó a la población a la calma en un mensaje en su cuenta de Twitter.
Sin embargo, hizo un llamado a las fuerzas militares “permanecer alertas ante la escalada”.
A la vez, el jefe de la Asamblea Nacional (Congreso), Julio Borges, dijo que el incidente no ha sido explicado por el Gobierno y que “parece una cosa de película”.
“Están pasando mil cosas”, señaló Borges a la emisora Éxitos FM, donde comentó el incidente del martes, cuando fue empujado por el jefe de la brigada militar que custodia la sede del Legislativo luego que diputados denunciaran que soldados habían ingresado cajas sospechosas con etiquetas del Consejo Nacional Electoral (CNE).
El ministro de Relaciones Exteriores, Samuel Moncada, dijo que en cualquier parte del mundo el que un piloto “psicópata” secuestrara una aeronave y lanzara cuatro granadas contra la población civil sería calificado de “terrorista”.
Moncada criticó el silencio de países de la Unión Europea y que éstos no condenaran lo ocurrido.
“Todavía estamos esperando la reacción de muchos países que dicen preocuparse por Venezuela, por los derechos humanos, por el pueblo por la lucha contra el terrorismo. Todavía no hemos tenido la primera reacción. No podemos creer en estos países. ¿Es que acaso que la vida de las personas del centro de Caracas no les importa?”, dijo en una rueda de prensa.
Agregó que la oposición venezolana tampoco ha condenado la acción de “este asesino que se dice un guerrero de Dios”.
DPA