Ignacio Martínez Platas
Legislador 43
Oaxaca de Juárez, Oax.- Sin banderas, ni argumentos políticos, en un verdadero acto de chantaje, “los disidentes de la disidencia” de la CNTE, en una actitud desesperada lanzaron la sentencia “del todo o nada” en las últimas 24 horas para el boicot al Primer Lunes del Cerro.
La falta de convocatoria de la dirigencia de la Sección 22 de la CNTE, se hizo evidente en la llamada Asamblea Estatal Mixta convocada para ayer sábado, en la que por falta de quórum se canceló nuevamente la reunión de los delegados sindicales.
Por lo que se determinó retomar las acciones acordadas en la pasada asamblea estatal mixta del pasado 25 de julio y por lo tanto, las acciones emprendidas este domingo en algunos puntos de la ciudad, carecen de validez estatutaria.
La falta de responsabilidad y seriedad, pero sobre todo ante las negociaciones que a puerta cerrada hace la dirigencia seccional con el gobierno del estado, ha provocado el alejamiento y ausentismo de la base magisterial de sus participaciones masivas sindicales.
Los acuerdos discutidos y aprobados en la Asamblea Plenaria de la llamada Comisión Política de la Sección 22 de la CNTE, que el pasado viernes fue convocada, no pudieron someterse a consideración de la Asamblea Estatal para su análisis, discusión y aprobación.
Lo anunciado por el Secretario General de la Sección 22, Eloy López Hernández, en la entrevista colectiva al concluir la marcha “masiva” del pasado viernes, en el sentido de que la Asamblea Estatal determinaría el rumbo de las acciones tendientes a boicotear la Guelaguetza 2017, solo quedó en un amague sin trascendencia.
Las diversas corrientes políticas al interior de la Sección 22, consideraron una burla lo anunciado, ya que aseguraron que previamente la dirigencia seccional ya había negociado los recursos para la realización de la Guelaguetza Popular Magisterial, así como otras prebendas para los integrantes del Comité Ejecutivo Seccional (CES).
Destacan que las negociaciones para la atención a los casos pendientes de los maestros regularizados, de los normalistas y de los maestros jubilados, quedaron en segundo término, una vez que el CES negoció sus intereses con el gobierno del estado.