LA X EN LA FRENTE: A defender y valorar

Por Moisés Molina

La lección que, como aula, está dando Oaxaca con su Guelaguetza, da la vuelta al mundo.

Y es que Oaxaca somos los Oaxaqueños, sus visitantes, su cocina, sus bordados, sus artistas, su gobierno, su arquitectura, su historia de bronce presidida por Juárez y Díaz, su Zócalo y su Alameda; sus iglesias, mercados, centros arqueológicos, sus pueblos originarios que se funden en un abrazo los “Lunes del Cerro” y “Donají” en la ROTONDA DE LA AZUCENA.

Hace tiempo que las azucenas Ya no florecían en el cerro como hoy lo hacen.

Oaxaca es el Bani Stui Gulal, su cantera, su huella colonial, su aroma ancestral y su mirada en el ocaso. Oaxaca son sus Cerros (hoja de papel arrugada).

Oaxaca es SINCRETISMO. Aquí conviven lo más noble y maravilloso del pasado y la esperanza renacida del porvenir.

Próspera, alejada de los extremos, presidida por el respeto y la tolerancia. Por el BIEN COMÚN dónde los derechos de unos terminen donde empiecen los derechos de otros.

Y todas y todos estamos ayudando a que eso suceda. A zurcir las redes de la convivencia social.

¿Qué había venido pasando? Casualmente abro el Twitter y encuentro, lo que nunca, a Luis Ernesto Derbez: “México, el país en el que muchos nacimos, y pocos hemos aprendido a defender y valorar”.

Qué podemos decir de Oaxaca, saqueada, mermada, destruída por sus propios hijos y la culpa no es exclusiva de los políticos y los líderes sociales, de los gobiernos, los partidos y las elecciones; tú y tú que le tienen alergia al gobierno sin saber por qué; tú que lastimas tus pies en largas caminatas para que tu líder se enriquezca y tú sigas con los pies partidos.

El Oaxaqueño como ciudadano es noble. Como líder, comúnmente voraz; enfermo de dinero y de poder.

¿Por dónde hay que comenzar? Por los municipios. Los estratégicos, las minas de oro, los caciquiles, los que tienen dueño. Hay que empezar por COMALA.

Ahí donde el dinero de los famosos RAMOS, no se usa para lo que es. Si se construye el camino, el otro año va a haber menos dinero y eso no conviene a la autoridad que no sabe gobernar, ni a las rapaces constructoras que institucionalizaron mas que la Revolución, el diezmo.

En Oaxaca hay muchas cosas que están mal. Pero lo que no se dice es que el gobierno no está para resolverlas. Algunas son ancestrales. PATERNALISMO.

“Gobierno que no es paternalista y no hace las cosas es malo”, así nos lo dejaron como herencia varios Presidentes de la República, vitoriados por el pueblo, siempre con la mano extendida. Qué fácil recibir sin dar, sin participar, sin involucrarse. La corrupción creció al amparo de políticos megalómanos fanáticos de los gobiernos perfectos.

Hoy México y Oaxaca son otros, aunque, en algunas comunidades, con las mismas carencias, porque ya no se da como antes, el maíz y el frijol. No les enseñamos a tiempo que el método de la roza tenía un limite y ese límite llegó.

El gobierno no es enemigo de la sociedad. Sinergia, interacción, corresponsabilidad, sacrificio por nuestra gente de las agrestes montañas y cada vez más depredadas plataformas continentales.

Yo sueño con el día dónde la agricultura y la pesca ya no sean de autoconsumo.

En el día en que no se les lleve el pescado; sino se les enseñe a pescar.

Con todo y todo, nuestra cultura florece prodigiosamente.

Incomparable, nuestro patrimonio materias con el cultural. La nobleza ancestral de los mayores; los tatamandones, conserva hasta donde las fuerzas dan, la riqueza que se exhibe a un mundo donde nunca se nos preguntó si queríamos globalización o no; y la tercera vía, la Socialdemocracia es un reducto que se sitúa en el medio y tiene en el centro lo que se esta perdiendo, incluidas especies vegetales y animales; y lenguas indígenas que los niños ya no quieren aprender o se avergüenzan ante una sola de las consecuencias de la migración.

El gobierno solo no puede, aunque se paguen primeras planas y se diga que sí. Que no puede, que es su obligación, que es su trabajo; que para eso los pusimos; que si no pueden que renuncien, cuando la realidad, la verdad no siempre está en las portadas de los diarios.

El TEQUIO por Oaxaca fue una demostración solidaria y el primer Lunes del Cerro, Contundente.

Queremos recibir. ¿Y qué estamos dispuestos a dar? Primero pongamos en su lugar a los malos políticos y a los malos líderes sociales o sindicales. El dinero que ocupan para sus clientelas es del pueblo, de los impuestos, no de su peculio.

Grandes casas, grandes ranchos contrastan con lo que es la otra realidad. Ahí donde debiera haber repudio, hay respeto o hay miedo. No se trata de ir a dar cursos de Ciencias Políticas a las comunidades. Se trata de que nuestra esperanza inmediata: SOCIEDAD CIVIL Y GOBIERNO unan esfuerzos para ir desterrando la cultura del intermediarismo hasta llegar el día en que los dirigentes sociales sean uno más, entre la comunidad.

AMOR A OAXACA. Hay que pensar y repensar horas qué es eso, para poder un día, materializarlo.

Vamos hacia la concordia, hacia la unidad, hacia la solidaridad. Todos. Y todos es todos. Cuando se sepa que los líderes saqueadores son de papel y no los protege ningún tipo de fuero o investidura y que las comunidades van de la mano con gobierno e iniciativa privada, Oaxaca habrá dado muchos pasos adelante.

No se trata de personas o personalidades. Se trata de ciudadanos como usted y yo con su trabajo, con tareas específicas que -percibo- tienen la intención de hacerlo.

TRANSFORMAR A OAXACA

FELIZ SEGUNDO LUNES DEL CERRO!!

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