El dueño legal de Grupo Tech Bull SA de CV, la empresa intermediaria mexicana que vendió a la PGR el malware espía Pegasus en 32 millones de dólares, vive en un asentamiento irregular ubicado en una barranca.
Al otro lado de esa cañada, en una habitación del pueblo de Santa Lucía, vivía el apoderado legal de la misma empresa y quien firmó el contrato con Tomás Zerón, ex director de la Agencia de Investigación Criminal de la Procuraduría General de la República (PGR).
Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) ubicó los domicilios del dueño, así como del operador de Grupo Tech Bull y constató que ambos residían en inmuebles ubicados en colonias populares de la delegación Álvaro Obregón, al poniente de la ciudad de México.
Uno de ellos, Carlos Cayetano Miguel, quien en actas apareció como dueño y administrador único de Tech Bull al momento de realizarse la venta de Pegasus a la PGR, aseguró en entrevista que no supo de esa transacción millonaria y que, además, no recibió ni un peso de ganancia.
– ¿Sabías que la empresa que fundaste vendió al Gobierno un malware por 32 millones de dólares?- se le preguntó cuando salía de su casa en la barranca de Guadalupe.
– La verdad es que casi no veo noticias, ni sabía.
Según Carlos Cayetano, no tuvieron encargado de ventas mientras él fue socio y tampoco realizaron ventas, ninguna. Aún más, dijo que ni siquiera supo que Pegasus se utilizó para espiar a periodistas y activistas.
Cayetano Miguel creó la empresa, pero ya no recuerda dónde vivió su socio y se le ha borrado de la memoria algún otro dato que sirviera para localizarlo.
“Hace como tres o cuatro años vendí mis acciones”, comentó.
– ¿A quién vendiste esas acciones?
– Creo que aparece ahí (en las actas)… la verdad no recuerdo.
– ¿En cuánto vendiste las acciones?
– Creo que mi aportación fue de tres mil pesos en aquel tiempo, en 2013. Ya después no tengo idea de qué se hizo; se vendió o no se vendió, a quién se le vendió -respondió Cayetano Miguel, mientras caminaba presuroso por las calles de la colonia Puente Colorado, uno de los asentamientos ubicados en torno a la barranca de Guadalupe, camino al paradero donde abordaría el autobús que lo llevaría a su empleo en un despacho contable.
Operaciones misteriosas
Grupo Tech Bull se constituyó el 10 de octubre de 2013 en la ciudad de México, ante el notario Alfredo Ayala Herrera, con un capital de 50 mil pesos. Y, apenas un año después; el 29 de octubre del 2014, vendió a la PGR el malware espía Pegasus en 32 millones de dólares.
En el acta constitutiva –a la que tuvo acceso MCCI- quedó inscrito como socio y administrador único el mismo Carlos Cayetano Miguel, de 26 años de edad. Esta empresa, capaz de vender un sistema empleado para labores de seguridad nacional, nació el mismo día en que él se tituló como Contador Público en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), con una tesis titulada “Conversión de estados financieros a moneda extranjera en el sector de los alimentos”.
El otro socio de Grupo Tech Bull ha sido Jorge de Jesús Sánchez, un joven de 29 años de edad, técnico en informática egresado del Conalep sobre quien no existen antecedentes empresariales de ningún tipo en registros públicos.
-¿Quién es el otro socio? -se le preguntó a Carlos Cayetano.
-El que aparece ahí en el acta.
¿Y dónde lo podríamos encontrar?
-La verdad desconozco, porque fue en 2013 cuando estuve en contacto y ya después no.
-¿Pero cómo lo hiciste tu socio? ¿Era tu amigo?
-Ajá, pero ya después ya no sé; ya no lo he visto. Ya no sé ni qué onda con él.
Según los documentos notariales inscritos en el Registro Público de Comercio de la Ciudad de México, cada uno de los socios aportó 25 mil pesos, y no tres mil como afirmó Carlos Cayetano en la entrevista con MCCI.
El objeto social de Grupo Tech Bull es la compra-venta de todo tipo de instrumentos y servicios de seguridad, incluido equipo táctico y de inteligencia, radares, torres de vigilancia, unidades móviles de videovigilancia y grabación, aviones no tripulados a control remoto (drones), vigilancia en aeronaves, sistemas para detección de armamento y explosivos; traslado y custodia de valores, e instalación de blindajes.
¿Cómo es que a Carlos Cayetano se le ocurrió emprender un negocio tan sofisticado en materia de seguridad, si carecía de experiencia en el tema? Él mismo responde: “Fue así de vamos a hacer una empresa”.
Según el dueño legal de Tech Bull, desde que crearon la empresa en octubre de 2013 y hasta que se retiró de la administración del negocio en noviembre de 2014, “no hizo ninguna venta”.
Esto significa -según su declaración- que la PGR le compró el más sofisticado equipo de espionaje, de origen israelí, a una empresa recién creada, sin experiencia en el tema de seguridad nacional y que antes de ese contrato por 32 millones de dólares no tuvo otras ventas.
Animal Político