Por Cipriano Flores Cruz
La respuesta a esta pregunta ha sido motivo de la Filosofía Política y de la Filosofía Moral en toda la historia humana. Esto tiene que ver con la naturaleza del hombre fundamentalmente. Si la maldad, el egoísmo, el interés personal, le es inherente al ser humano, pues no queda más remedio entender que la corrupción no tiene solución, los seres humanos seguiremos siendo corruptos hasta el fin de los siglos, porque está en nuestro ADN.
Bajo esta perspectiva qué se puede hacer, poca cosa, puesto que por más leyes e instituciones que podemos establecer el mal está en nuestro ser, luego entonces, los anti corruptos no pueden existir, son simuladores, disimulan, engañan, de un corrupto no pueden salir acciones objetivas en contra de la corrupción. Ni modo, usted y yo somos corruptos.
Muchos no han estado de acuerdo con esta concepción del hombre por ende, con la naturaleza de la corrupción, por esta razón han formulado otra tesis interesante, el hombre es bueno, cooperante, solidario con sus semejantes por naturaleza, en su caso, su maldad, su lucha por su interés personal, su egoísmo, su corrupción es producto de vivir en una determinada sociedad, este tipo de hombre se acaba cambiando a esa sociedad.
Por lo menos se tiene una alternativa para acabar con la corrupción y que usted y yo podemos ser corruptos o no dependiendo de cómo nos insertemos en esa sociedad, tenemos la posibilidad de no ser corruptos, dependerá de nosotros. Sin embargo, existe mayor posibilidad de que este mal nos invada por la naturaleza de la sociedad en que vivimos, necesitamos luchar para que esta sociedad cambie.
Derivado de esta segunda tesis, surge la idea de que el hombre se moldea de acuerdo a la cultura en que vive, el régimen político, social y económico se deriva de las relaciones culturales en que se desenvuelve, por tanto, la corrupción puede ser un mal menor o mayor de acuerdo al régimen cultural.
Así, en la historia de la humanidad han existido sociedades muy corruptas o menos corruptas. De esta manera, de que seamos corruptos usted y yo depende de la cultura a que pertenecemos, por ejemplo, en la cultura comunitaria existe menor posibilidad de ser corrupto.
Sin embargo, la corrupción tiene su nido, avanza, se reproduce, existe, sólo en el régimen político de esa sociedad o comunidad, no puede existir en la sociedad, si usted y yo no ocupamos un cargo en el gobierno, en su sentido lato, comprendiendo al Poder Legislativo, al Poder Judicial, al Poder Ejecutivo; en el gobierno municipal, en la dirigencia de un partido político, cualquier organización que maneje fondos públicos, no estamos en la posibilidad de ser considerados corruptos, somos simples ciudadanos.
Podemos ser considerados muy malos ciudadanos pero no corruptos, sólo lo pueden ser los gobernantes en cualquiera de sus niveles con la única condición que manejen fondos públicos o que determinen para que otros lo hagan, desde luego, por ocupar un cargo en que no se es competente.
Si sólo los gobernantes pueden ser considerados corruptos, su existencia es más o menos dependiendo de la cultura, de la historia de esa sociedad, de cómo se refleja en las instituciones, la lucha contra la corrupción, por tanto, deberá empezarse en el seno de la misma sociedad, mediante el incremento de su grado de civilización, educación, democracia, orden jurídico, calidad moral, en fin, mediante el establecimiento de reglas de convivencia que hagan del hombre un ser genérico, amante del bien colectivo, del bien
común, que deje de lado su egoísmo.
En el caso de Oaxaca, se ha demostrado que los gobernantes indígenas son menos corruptos que los gobernantes federales y estatales precisamente por sus instituciones comunitarias. Los valores comunitarios poco pernean en el mundo occidental. Al gobernante corrupto es sometido a la Asamblea y san se acabó.
Si queremos combatir a la corrupción existente en Oaxaca debemos de empezar por tener una educación adecuada a los valores comunitarios, la formación individualista del oaxaqueño es un error, estamos formando a futuros corruptos. Se debe mejorar nuestro sistema electoral para que no asciendan al poder público personas con poca calidad moral.
Se debe tener un armazón jurídico y con penas muy severas en contra de los corruptos, por ejemplo, vale la pena restituir el Juicio de Residencia de origen colonial, que consistía en que el gobernante o el servidor público no podía salir del territorio gobernado o administrado hasta después de un año para ser sujeto a demanda por cualquier ciudadano durante ese tiempo, aquí está un ejemplo de la intervención de los ciudadanos en la lucha contra la corrupción.
Los privilegios del grupo gobernante se debe poner fin, se debe acabar la simulación, no es creíble que los corruptos puedan hacer buenas leyes en contra de sí mismos, está el ejemplo de la legislatura pasada que estableció que el inicio de la demanda en contra de munícipes corruptos sólo lo puede hacer la Junta de Coordinación Política y no el órgano auditor, eso se llama también corrupción por medio de un decreto. Para disminuir la corrupción sólo lo puede hacer el pueblo organizado, es una utopía o una ingenuidad que lo puedan hacer los gobernantes.