LA X EN LA FRENTE: ¿Ingobernabilidad?

Bloqueo de normalistas. Foto: Archivo/Especial

Por Moisés Molina

Recuerda usted la última vez que hubo “Gobernabilidad” en Oaxaca. El principal reproche de buena parte de los gobernados desde hace muchos años es que en Oaxaca no hay Gobernabilidad (Gobernanza es un término distinto y obsoleto).

Curiosamente, quienes lamentan falta de gobernabilidad, en su gran mayoría, saben poco o nada de gobernabilidad y, para ellos, cualquier malestar personal, familiar, grupal, cabe en la ingobernabilidad. Tanto del que bloquea, como del que no puede pasar el bloqueo. ¿Le resulta familiar? El conjunto de los malestares, aunque no tenga que ver con la acción de gobierno, es para muchos, la ingobernabilidad.

Le comparto –y le prometo que será la única- definición de gobernabilidad. Es de Antonio Camou y dice que “la gobernabilidad es un estado de equilibrio dinámico entre demandas sociales y la capacidad del gobierno para responderlas”.

No haré de este un apunte académico (ya habrá tiempo y circunstancia), pero en la científica definición de Camou, como hay decenas, se contienen muchas cosas perfectamente entendibles para todos, pero no aceptables o sesgadas o tan generales que le dan la razón al descontento individual.

En Oaxaca elegimos representantes populares, para ejercitar el deporte de agarrarlos de sparring; algunos con justa razón, otros –hay que reconocerlo- sin culpa de la incompetencia, desconocimiento, insensibilidad de sus colaboradores a quienes no puede correr de un solo golpe ¿o si?

Eso sin contar el fuego amigo, las manos que mecen la cuna y quienes se dejan llevar por la primera descalificación; de esas que hay por cientos en las redes sociales.

Que hay asuntos por resolver… siempre los ha habido… y siempre los habrá. Lo que falta es voluntad de una de las partes y una de las palabras secretas: DINERO.

Camou habla –perdón por la reiteración a la teoría, pero hasta un fantasma del pasado dijo que “sin teoría revolucionaria no hay práctica revolucionaria” vgr. Tesis 11- de ACTORES ESTRATÉGICOS. Y ¿sabe qué? En su construcción teórica, los “sociales” no figuran, tratándose de gobernabilidad.

¿Le causa usted algún perjuicio que a alguna organización de esas que se sientan con uno de esos actores estratégicos, no le cumplan sus caprichos, empezando por nuestra desgracia de los “Techos Financieros” que, dicen por ahí, van a las cuentas de los “líderes”, les den lo que piden o una parte sin que el pueblo o los pueblos se enteren? Pues sí. Como no les dieron todo, 50 “organizados” hacen un lío, cerrando nada más un crucero de la capital.
Muchas veces, lo que pensamos que es justicia, no lo es. Es chantaje, mentira, codicia, ambición. No en todos los casos, aclaro.

¿Le digo el segundo secreto? “La comunicación política”. Minimizar a la prensa en Oaxaca es un error. Es como en los debates: el debate se gana en el pos debate. ¿De qué sirve una inversión millonaria para miles de oaxaqueños, si el periodista a disgusto o el editor del diario o el dueño o director de uno de esos portales consolidados, coloca la nota o el boletín donde solo la lee quien la busca y en una suerte de venganza o en un ánimo de llamar la atención, le da toda la portada y hasta interiores a los “sin voz”, profesionales (la mayoría de ellos) de la victimización.

¿De qué se entera la gente? Imposible saberlo; pero sigo creyendo en la regla general de que la mejor publicidad es la de boca en boca.

Siempre tenemos alguien en quien confiamos, y su verdad la hacemos nuestra. El periodista o reportero busca dinero fuera de lo que en su medio le pagan, el famoso y despectivo “chayo”. Pero ¿ya sabemos cuánto le pagan por nota? ¿Cuántos hijos tiene?

La comunicación política en Oaxaca tiene sus bemoles. Hay niveles (y lo digo sin ánimo discriminatorio), pero no todos los dueños revisan todas las notas de todos los escribientes, ni todas las fotografías de los reporteros gráficos.
Columnistas incensurables, reporteros y reporteras agudos; fotógrafos que saben estar en el momento oportuno. No son una turba “come chayote”. A veces basta la calidez de un saludo, un abrazo sincero, una tarde de café, información hasta donde se pueda, exclusivas, un saludo de acera a acera, una sonrisa, un interés sincero en un “cómo estás”.

Ayudar cuando se pueda; corresponder cuando se pueda. Es un arte; son seres humanos con dignidad y susceptibilidades. Todos son importantes.
Ellas y ellos también construyen la gobernabilidad o la ingobernabilidad en Oaxaca; más los que también están en las redes sociales. Usted las y los conoce.

Nunca falta el prietito en el arroz, pero es parte de la vida, parte de la gobernabilidad. Nuestro amigo hace su tarea, sin distraerse, confiando en quienes tienen en sus manos una parte de nuestra gobernabilidad.

Una golondrina no hace verano. Yo veo el vaso más que medio lleno y con mucho más que buenas intenciones.

Si hubiera un tercer secreto, lo estaríamos estrenando: la transparencia. Que el mayor número de Oaxaqueños posible sepa, qué se recibe, qué se gasta y en qué se gasta. Que conozca a los beneficiarios de carne y hueso. Que las reiteradas llamadas a todos los servidores públicos sean una realidad: el gobierno en una urna de cristal. La opacidad heredada debe desaparecer como una de las máximas prioridades, para que nuestro pueblo dude cuando le digan que el “Milagro” fracasó.

El milagro sigue, a pesar de quienes quieren que a Oaxaca le vaya mal o no le interese y esté pensando en 2018.

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