Nueva York (La Jornada).- Donald Trump padece una condición mental que lo vuelve un peligro claro y presente para el país y el mundo, advierten unos 27 reconocidos expertos en salud mental en un nuevo libro que será publicado la próxima semana en Estados Unidos.
Trump está “mentalmente enfermo de manera peligrosa”, afirman siquiatras, sicólogos y expertos en salud mental en The dangerous case of Donald Trump (El peligroso caso de Donald Trump). Argumentan que, justo por el peligro que representa para Estados Unidos y el mundo, en este caso no aplican las normas y reglas de gremios de su profesión, como la Asociación Americana de Siquiatría, que prohíben el diagnóstico público de figuras públicas que no están directamente bajo el cuidado de un profesional de salud mental.
Afirman que el principio del “deber de advertir” impera en este caso, donde el peligro a otros que representa un individuo con problemas de salud mental debe ser anunciado para cumplir con la guía de la conducta profesional, la “responsabilidad por la vida humana y el bienestar.
“Colectivamente, advertimos que a cualquiera tan mentalmente inestable como Trump simplemente no se le debería confiar con los poderes de vida y muerte de la presidencia”, escriben en el prólogo del libro la doctora Banda X. Lee, de la Escuela de Medicina de la Universidad Yale, y Judith Herman, de la Escuela de Medicina de Harvard. Insisten en que están evaluando la “peligrosidad” de Trump y no buscando hacer un diagnóstico pleno del individuo.
Los autores ofrecen toda una gama de etiquetas sicológicas para describir el estado mental de Trump, varios de ellos se centran en el concepto de “narcisismo maligno” (concepto desarrollado por el sicólogo humanista Erich Fromm para evaluar a Hitler y sus seguidores).
“Creemos que Trump es el hombre más peligroso en el mundo”, escribe en el sicólogo Philip Zimbardo, profesor emérito de la Universidad de Stanford, uno de los autores que contribuyen al libro editado por la doctora Lee.
Lance Dodes, profesor retirado de siquiatría en Harvard, escribe que las características sociopáticas de Trump “son innegables y crean un peligro profundo para la democracia y seguridad de Estados Unidos”, algo que, pronostica, sólo empeorará con el curso del tiempo.
El doctor James Gilligan argumenta que el punto principal para los expertos en esta evaluación no es si el presidente padece de una enfermedad mental, sino evaluar si representa un peligro para otros, y ese análisis se puede hacer sin examinar al individuo, sino sólo su comportamiento público.
Más aún, algunos argumentan que un presidente puede sufrir una enfermedad mental y no ser peligroso; algunos citan un famoso estudio de los 37 presidentes estadunidenses hasta el año 1974, que concluyó que 50 por ciento de ellos tenía problemas mentales. Pero afirman que en el caso de Trump, sus múltiples problemas mentales están combinados en lo que uno llamó una “mezcla tóxica” altamente peligrosa.
Gilligan, profesor de siquiatría en la Universidad de Nueva York y experto en violencia, argumenta que no advertir al público que “Trump es extremadamente peligroso, de hecho, y por mucho el presidente más peligroso de nuestras vidas, sería no cumplir con el deber profesional de advertir a las víctimas potenciales cuando identificamos señales y síntomas que indican que alguien es peligroso a la salud pública”.
Agrega que al guardar silencio, “apoyamos pasivamente y cometemos el error peligroso y naif de tratarlo como si fuera un presidente ‘normal’ o un líder político ‘normal’. No lo es, y es nuestro deber decirlo”, escribió el reconocido experto en estudios sobre la violencia y asesor del Tribunal Internacional de Justicia y la Organización Mundial de la Salud, entre otras.
Robert Jay Lifton, sicohistoriador famoso por sus estudios sobre la mentalidad de doctores nazis y las condiciones en conflictos como Vietnam, profesor emérito de la Universidad de Columbia y otro de los colaboradores del libro, comentó en entrevista con Bill Moyers que “el presidente estadunidense tiene un poder particular. Esto hace que Trump sea el hombre más peligroso del mundo, tanto porque tiene su dedo en el gatillo nuclear como porque su mente está estacionada en la realidad solipsista. Las dos cosas son una combinación espantosa”.
La realidad solipsista, explicó, es donde “el individuo sólo es capaz de abrazar una realidad que tiene que ver con él mismo y la percepción y protección de su propio ser. Y que un presidente esté tan enredado en esta realidad solpsista aislada no podría ser más peligroso para el país y para el mundo”, indicó.
A la vez, Lifton también advierte –en su introducción a este libro– de la “normalidad maligna”, donde algo destructivo y peligroso es presentado como algo normal, y que en el caso de esta presidencia se tiene que hacer todo para evitar eso, al “confrontar lo maligno y darlo a conocer”.
Reúnen firmas para que lo retiren del cargo
Desde que lanzó su campaña presidencial, tal vez la reacción más común respecto de Trump, fuera de sus fanáticos, es: “está loco”. Desde que asumió la presidencia esto se ha intensificado, y no sólo entre opositores demócratas o críticos, sino en las filas de su propio partido.
Una petición impulsada por el reconocido sicoterapeuta John Gartner ya tiene más de 63 mil firmas de profesionales de salud mental solicitando que el presidente sea retirado de su puesto de acuerdo con la Enmienda 25 de la Constitución.
Además de los que sueñan con promover un juicio político (impeachment) y deshacerse de Trump por esa vía, otros ahora apuestan más por una declaración de “incapacidad para llevar a cabo sus deberes”, según la Enmienda 25. Esto tendría que ser realizado de varias maneras, pero implica que una mayoría de sus asesores y su gabinete enviaran una carta al Congreso declarando que no puede ejercer sus funciones presidenciales.
Mientras tanto, dado el diagnóstico, se espera una temporada de más locura peligrosa.
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