Ciudad de México (La Jornada).- Una prueba rápida y de bajo costo para la detección simultánea de tuberculosis y virus de inmunodeficiencia humana (VIH) será comercializada por la empresa mexicana Unima, con tecnología desarrollada y patentada por especialistas del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (Cicese).
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, José Luis Nuño Ayala, director general y fundador de Unima, resaltó que la prueba, elaborada a partir de anticuerpos de tiburón cornudo (Heterodontus francisci), podrá ser utilizada fuera de laboratorios y sin necesidad de contar con personal especializado, además de ofrecer el resultado en apenas unos minutos, a diferencia de las pruebas actuales que tardan días.
“La técnica actual es muy complicada y se necesita ser especialista para hacerla, es una prueba de screening, pero se puede aplicar hasta en la clínica más pequeña y tener el resultado ahí directamente. Además del costo, otra ventaja es que el resultado lo tienes en la primera visita del paciente”, destacó.
Estimó que estará en el mercado en aproximadamente año y medio, tras haber concluido los ensayos realizados en una población de 600 pacientes. Unima está en trámites para obtener el registro de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
Producción en bacterias
Nuño explicó que los anticuerpos de tiburón tienen características que los convierten en fuente idónea para el desarrollo de diversas aplicaciones biomédicas y una de las ventajas que ofrecen es su tamaño.
Es un anticuerpo muy pequeño y se puede producir en bacterias, al contrario de los anticuerpos tradicionales que se utilizan en farmacéutica, que son en células, al hacerlo en bacteria te permite producirlos a grandes cantidades y a un costo muy bajo tanto de producción como de purificación, apuntó.
Agregó que otra característica importante es que los anticuerpos de tiburón son muy resistentes al calor, lo que hace que el dispositivo de diagnóstico se pueda trasladar hasta los lugares más calientes, sin necesidad de una hielera o refrigerador.
Se puede mover con una logística más sencilla y a menor precio, lo que impacta tanto en el costo del producto para el usuario final, como en su empleo y en la facilidad para el usuario final, que sería el médico, la enfermera o el trabajador comunitario, directamente en la comunidad donde será utilizada, subrayó el director de Unima.
Tras la firma de la licencia que permitirá a la empresa utilizar la tecnología desarrollada en el Cicese, Guido Marinone Moschetto, director del centro de investigación, reconoció que esta es una nueva forma de colaborar con la iniciativa privada.
Antes Unima casi no se arriesgaba a invertir, simplemente se iba por negocios seguros, ahora empresas como esta ven el beneficio de colaborar en investigación, vamos juntos y nos hacemos de recursos: ellos su negocio y nosotros para apoyar la investigación y la formación de recursos humanos, aseguró.
Señaló que para concretar el licenciamiento es necesario, en primer lugar, que haya una tecnología con potencial para ser comercializada, valorarla y, finalmente, establecer un acuerdo con la empresa para su uso.
Este trabajo, hasta hace unos años, era algo que no se esperaba la sociedad y los distintos sectores en Cicese, pero la evolución del centro ha llevado a que tengamos también como objetivo estratégico del centro fortalecer la innovación e incrementar la transferencia del conocimiento, concluyó Marinone Moschetto.