París (La Jornada).- En el mundo, en cualquier nivel de educación, los docentes no son culpables de los resultados insuficientes o del ausentismo de los alumnos debido a las deficiencias básicas de los sistemas de enseñanza gubernamentales, que en algunas ocasiones pueden alcanzar un deterioro del aprendizaje, reportó la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Para su Informe de seguimiento de la educación en el mundo 2017-2018, que hoy presentará en París, la Unesco destacó en un comunicado, enviado a La Jornada, que dicho documento pone en relieve la responsabilidad y rendición de cuentas de las autoridades para garantizar una formación de calidad.
Más de 100 millones de analfabetos
Los gobiernos son los primeros responsables de la buena marcha de los sistemas educativos. Si se precipitan en echar la culpa a otros, lo que hacen es desviar la atención de su obligación de dotar a esos programas con estructuras sólidas y solidarias, puntualizó el redactor del informe, Manos Antoninis, antes de la divulgación del documento.
La Unesco asegura que menos de 20 por ciento de los países garantiza en sus leyes 12 años de enseñanza obligatoria y gratuita, cuando aún existen en el mundo 264 millones de niños y maestros sin escolarizar, y unos 100 millones de jóvenes analfabetos.
Ante ello subraya que es injusto y contraproducente culpar a los profesores de las fallas de los sistemas, porque no se puede imputar a una sola categoría de personas la responsabilidad de resultados insatisfactorios que dependen de la acción de otros individuos y factores.
Agrega que la transparencia de las instituciones locales contribuiría a determinar los problemas de los proyectos de enseñanza, pero sólo uno de cada seis países publica reportes anuales sobre el tema. Para solicitar este tipo de información se necesitaría que intervinieran organismos independientes, como oficinas defensoras del pueblo, parlamentos y organismos de auditoría.
El documento menciona ejemplos exitosos, como la campaña civil que llevó a las autoridades gubernamentales ante los tribunales para establecer la educación gratuita en Colombia o las presiones de grupos de padres de estudiantes y prensa en Estados Unidos para suprimir de libros de texto los capítulos que negaban la existencia del cambio climático.
Asimismo, aclara que algunas reglamentaciones gubernamentales sesgan el rápido crecimiento de las escuelas y universidades privadas, como en el caso de Kenya y Uganda, donde antes de ser acreditados se ponen en funcionamiento con infraestructuras inadecuadas y docentes no calificados, lo que lleva a su cierre.
Irina Bokova, directora general de la Unesco, consideró que los gobiernos, escuelas, docentes, padres de alumnos y organismos privados son todos ellos responsables de la educación. Rendir cuentas atañe tanto a la forma en que los profesores enseñan y los alumnos aprenden como al modo de actuar de los gobiernos.
El reporte hace una serie de llamados a las autoridades, como elaborar reglamentaciones fiables y eficaces para escuelas públicas y privadas, la participación democrática, respetar la libertad de análisis e investigación sobre las temas de educación, entre otros.
Además, el documento hace énfasis en la falta de responsabilidad de los donantes que no cumplen los compromisos contraídos con los países necesitados de ayuda, pues el porcentaje de apoyo multilateral o bilateral a la educación disminuye desde hace seis años.