El cambio climático empuja al planeta hacia un “punto de inflexión”

Activistas miran como policías evitan que otros ambientalistas se acerquen a la mina a cielo abierto de lignito Hambach, cerca de Elsdorf, en Alemania, el 5 de noviembre de 2017, durante una protesta contra energías de origen fósil que tienen impacto negativo sobre el cambio climático. Foto: Afp

Bonn (AFP). El cambio climático provoca un aumento de la temperatura en el planeta, que se acerca así a un “punto de inflexión” de consecuencias imprevisibles, según un informe divulgado en la Conferencia del clima de la ONU.

“En los últimos dos años se han ido acumulando las pruebas de que nos dirigimos hacia una colisión” medioambiental, explica Johan Rockstrom, director ejecutivo del Stockholm Resilience Centre.

“El cambio climático está aquí. E irá a peor” hasta alcanzar ese preocupante “punto de inflexión”, en el que los acontecimientos dejan de estar bajo control, advierte.

Hay que imaginarse a alguien sentado en una silla inclinada hacia atrás, oscilando, sugiere Sybren Drijfhout, un profesor de la universidad de Southampton.

“El punto de inflexión es exactamente cuando estás entre dos estados” explica. “Una pequeña perturbación” provocará “que todo el sistema bascule”.

En el complejo mundo de las previsiones climáticas, ese “punto sin retorno” en realidad son múltiples, y en su conjunto pueden provocar que el planeta bascule hacia una situación impredecible.

Algunos científicos, por ejemplo, creen que la superficie del planeta se ha calentado ya excesivamente, 1.1º C, en los últimos 150 años y que ello provocará la desintegración de buen parte del hielo en el Antártico, lo que provocará un aumento del nivel del mar de seis a siete metros.

Ese proceso puede durar mil años, pero si se confirman esas sombrías predicciones, la capa de hielo se fundirá ineluctablemente, sea cual sea la rapidez con la que lleguemos a cortar con las emisiones de gas de efecto invernadero.

Otros científicos creen que ese umbral es más alto, 1.5º C o 2º C. Pero todos están de acuerdo en que hay un punto sin retorno.

Rockstrom y otros científicos han identificado hasta una docena de esos “puntos de inflexión”, a los que atribuyen individualmente un umbral de temperatura específico. Esos datos circulan en la 23ª conferencia del clima de la ONU, que se celebra en Bonn con la asistencia de 196 miembros, y que termina este viernes.

La COP23 termina este viernes, y su objetivo es iniciar el diálogo para fijar el reglamento del histórico Acuerdo de París de hace dos años, para mantener el ascenso de la temperatura del planeta por debajo de 2º C.

El peligro, para esos científicos, es que ese cambio definitivo lleve hacia un escenario climático desconocido, cuya duración se medirá en miles o incluso decenas de miles de años.

Un incremento del 1.3º C provocaría la desaparición de la capa de hielo durante el verano en el Polo Ártico, el deshielo de partes de Groenlandia, la pérdida de arrecifes coralinos y de glaciares en las zonas montañosas.

La sabana amazónica-

Un aumento de la temperatura entre 3º C y 5 º C provocaría la transformación de amplias zonas del Amazonas en una sabana, un cambio drástico en las poderosas corrientes del fondo oceánico en el Atlántico, que regula el clima a ambas orillas de ese océano, y la frecuencia del fenómeno conocido como El Niño.

Pero también podría provocar la transformación del desierto del Sahel, en el norte de África, en una zona húmeda.

En el caso extremo de que la temperatura del mundo superara los 5º C, el nivel de los océanos se levantaría decenas de metros, y el hielo de los polos se fundiría por completo.

También conllevaría la fundición del permafrost, una capa de tierra congelada que retiene como mínimo el doble de cantidad de CO2 que ya existe en la atmósfera.

Por el momento, la Humanidad está intentando atajar sus propias emisiones de CO2 y metano. Si la Tierra añadiera sus propias emisiones, esa tarea se convertiría en imposible.

“Es importante recordar a todos las razones por las cuáles miles de personas están reunidas en Bonn”, advirtió Hans Joachim Schellnhuber, director del Instituto Potsdam para la investigación sobre el cambio climático, y coautor del informe.