Por Moisés MOLINA
En efecto. Hay un nuevo peligro para México. No sabemos si llama más a aflicción un personaje esquizofrénico pero muy popular gracias a su contradictorio pero seductor discurso u otro personaje que con muy buena estrella y un ascenso meteórico en su carrera política tiene ahora en la bolsa la friolera cantidad de 106 mil 645 millones de pesos para repartir.
Como oaxaqueños no podríamos sentir menos que alegría ante el hecho de que un paisano nuestro haya sido designado al mando de la segunda dependencia que más recursos tiene asignados en el gobierno federal.
De ahí que hoy todos los políticos oaxaqueños parecen haberse vuelto evielistas, excepto (paradoja) su delegado en Oaxaca.
Quizás ya no les guste su trabajo en el Gobierno del Estado o en las administraciones municipales. En fin así es la política; así la naturaleza humana. Acostumbrados a trepar, a rumiar, a rogar, al genuflectere, a jurar y perjurar, con su percepción distorsionada viven al vaivén de querer quedar bien con todos y al final no quedan bien con ninguno.
Ojalá no le vaya mal. Pero ello dependerá de su actuar al frente de la SEDESOL. Le fue depositada la confianza presidencial y le cayó como algo así que como la “rifa del tigre”.
Por lo pronto inicia con el pie izquierdo. Se han comenzado a hacer públicas las sospechas, los cuestionamientos y las inconformidades, que Eviel tendrá que sortear con nada más que con trabajo, trabajo y más trabajo.
Y es que la SEDESOL es una dependencia tan noble por sus fines de llevar a todos los mexicanos los medios mínimos para alcanzar la felicidad del hombre: educación, salud, alimentación, etc.
Minutos después de su nombramiento, más de 60 organizaciones agrupadas en “Acción Ciudadana Frente a la Pobreza” da por hecho el uso de los programas y el dinero para la compra y la coacción del voto a favor del candidato del PRI.
La revista Proceso también da cuenta de ello, así como también de su ausencia de perfil en materia de política social.
Con un dejo de desconocimiento, las publicaciones del centro del país comienzan a desnudar a Eviel. Día tras día encontrarán “detalles” que solo los oaxaqueños conocemos.
Cuando me referí al nuevo peligro para México no me referí a Eviel, sino a su padrino, protector, consolador, jefe, en una palabra, su Virgilio, con quien bajaría a los mismos infiernos: Ulises Ruiz Ortiz.
Los medios nacionales califican a Eviel como operador electoral. Esto en sí es grave. Pero el operador sería Ulises. El peligro es Ulises.
Eviel, sin embargo se encuentra ante un riesgo mayúsculo si se equivoca o si no marca su distancia. Si quiere salir de la SEDESOL por la puerta grande debe desmarcarse y hacer lo que la ley le manda.
¿Por qué decimos que Eviel está ante un peligro monumental? Porque en caso de decidir hacer de la SEDESOL el dispensario electoral, tendría que entregar por completo los programas, recursos económicos, padrones y cartografía a su todo: a Ulises Ruiz.
Pero Ulises, no solo Borge, perdió Quintana Roo; lo mandaron a Colima y hoy el priismo colimense es el más dividido del país; jugó abiertamente contra Alejandro Murat en Oaxaca y perdió una vez más.
No sabemos si alguien que conozca la historia reciente de Oaxaca pueda poner al tanto al Presidente y al Candidato, antes de que hagan otro hoyo cuadrado con la estrategia electoral equivocada.
México ya cambió y Eviel –hay que reconocerlo- no tiene la capacidad de operar electoralmente un monstruo de la administración pública federal como lo es la SEDESOL.
Hoy fueron organismos de la sociedad civil. Mañana, seguramente organismos políticos, movimientos sociales y grupos de presión.
Solo hay que tomar la lección del pasado. Ese pasado que no cambia:
Elegido por Ulises Ruiz, nunca fue el candidato idóneo para retener el gobierno de Oaxaca en 2010. Lo único que casó fue una fuerte división del priismo en la entidad.
No bien perdió la gubernatura, en lugar de iniciar al menos una gira de agradecimiento a quienes votaron por él, puso junto con Ruiz Ortiz, manos a la obra para adueñarse del PRI estatal para ellos solos y sus incondicionales.
Eviel aprendía ya a ganar perdiendo, así es que su gurú le aconsejó ir a toda costa por la candidatura hacia al Senado de la República en 2012.
Para ese entonces, la división dentro del PRI se ahondaba y el Frente Renovador Por Un PRI Para Todos que aglutinaba cuadros distinguidos de todo el estado, fueron pieza clave para que en Oaxaca volviera a Perder el PRI y se abrieran de par en par las puertas a una oposición irresponsable, rapaz e inescrupulosa.
Perdiendo, Eviel se hace de la Senaduría por la primera minoría abandonando a su suerte al estado, sin una sola voz que al menos desde el senado denunciara lo que se vivía y que hoy tiene en prisión a varios ex funcionarios del gobierno de Gabino Cue.
Tiene nula experiencia en el ramo de la política social.
En los medios le refieren como el “bachiller” que apenas en 2015 obtuvo su cédula profesional como Licenciado en Administración de Empresas por la Universidad Tec Milenio de Puebla.
No sabemos si quienes le nombraron conocerán el caso de la presa ROMPEPICOS. Una vasta extensión de terreno dentro del cual existe una presa que hace vivir en peligro constante a cientos de familias de la zona norte de la ciudad capital y que fue comprada por Eviel por un valor mucho muy por debajo del que debía tener si este inmueble no fuera inalienable, propiedad de la nación, no propiedad privada.
El escándalo de la millonaria red de negocios a través de la empresa GIPSA de 2008.
Esta telenovela de la cual faltan algunos capítulos hacia el pasado, tiene aún varios capítulos. Pero por el momento lo que nos queda desear es que el nuevo Secretario se dedique a dar resultado a los mexicanos que viven en pobreza al margen de la contienda electoral, aunque con Ulises al lado sea como pedirle peras al olmo.