Ciudad de México (La Jornada).- Frente a los señalamientos del candidato presidencial Ricardo Anaya y de otros miembros de la oposición acusándolo de interferir en los comicios, el presidente Enrique Peña Nieto aseguró: la única participación que tendré en este proceso electoral será el primero de julio, cuando vaya a ejercer mi derecho a votar.
En breves declaraciones, pidió: no se enganchen tampoco los medios de comunicación.
Peña Nieto ya se retiraba del salón donde se reunió con ingenieros civiles. Ante la insistencia de que respondiera a la expresión del aspirante de la coalición Por México al Frente, afirmó:
“Lo que vamos a ver seguramente en este proceso electoral –propio de toda democracia– son los dimes y diretes de cada uno de los participantes. Y es normal, es propio de todo proceso electoral lo que se diga, lo que se señale, lo que se posicione de parte de cada uno de los candidatos.
“Lo que sí tendrán muy claro es que el Presidente ni fijará posición ni va a tener un posicionamiento para cada uno de los candidatos o lo que vayan diciendo en esta carrera política, democrática. Me parece que este es el clima natural de todo proceso electoral, democrático y en donde al final de cuentas lo que la sociedad estará evaluando es el decir, el posicionamiento, el actuar de cada uno de los candidatos y llegar al día de la elección para tomar una determinación como mexicanos…”
Peña Nieto había dicho también, en su primera respuesta: no respondo a nadie ni me voy a meter en este proceso electoral. Sólo lo hará, indicó, cuando deposite su sufragio. Ahí participaré.
En su mensaje, el jefe del Ejecutivo federal había puesto a la ingeniería civil en el corazón de los logros alcanzados a partir del Pacto por México.
Ese acuerdo, dijo, lo logramos las principales fuerzas políticas del país, no pensando en los intereses de cada partido, sino realmente fijándonos una agenda transformadora que sentara nuevas bases para el desarrollo nacional.
Hace cinco años, añadió, se inició una nueva era en la construcción de grandes obras, modernos proyectos de ingeniería a partir de un principio básico: el gobierno ya no puede ir solo. Se requiere de un gran esfuerzo nacional en el que la iniciativa privada es central en su participación.
El capital privado ha permitido ampliar los recursos disponibles, incentiva la innovación y el uso de tecnologías de vanguardia y diversifica el riesgo que representan estas grandes inversiones.
A partir de tales postulados, el mandatario se refirió a obras emprendidas en su mandato, que trascenderán este sexenio y que beneficiarán a muchas generaciones de mexicanos, tales como la construcción de 5 mil 500 nuevas autopistas y carreteras; el crecimiento de 260 a 520 millones de toneladas anuales en la capacidad portuaria; los trenes interurbano México-Toluca y ligero de Guadalajara moverán 84 millones de personas cada año; el compromiso de inversión por 200 mil millones de dólares en el sector energético; la ampliación de la red de distribución de agua potable para dotar del líquido a 94 por ciento de los mexicanos, y la construcción del Túnel Emisor Oriente y la planta de tratamiento de aguas residuales de Atotonilco, que quedarán como obras emblemáticas de la ingeniería hidráulica del país.
El mandatario dedicó capítulo especial al Nuevo Aeropuerto Internacional de Ciudad de México: moverá 125 millones de pasajeros anualmente y será una de las obras ícono del país.
En la ceremonia, el presidente Peña Nieto recibió un reconocimiento de la Asociación Nacional de Ingenieros Civiles y a su vez entregó el premio de este gremio a Andrés Moreno Fernández, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México y de larga trayectoria, quien pidió realizar en el país una planeación estratégica, con un subsistema de infraestructura que sea transexenal y con independencia de partidos.