San José Obrero Paso Ancho ya es un “pueblo fantasma”; las familias huyeron ante la violencia y la indolencia gubernamental

Sus vecinos de San Vicente Coatlán balearon y quemaron sus casas; por disputa de territorio han asesinado ya a 13 personas

Eulalia Rocha / L43

Sola de Vega, Oaxaca.- Lo que inició como un conflicto agrario que alcanzó senda violencia en San José Obrero Paso Ancho, Sola de Vega, mantiene en la zozobra a más de 50 familias que perdieron sus casas y cultivos tras la incursión armada de sus vecinos de San Vicente Coatlán, Ejutla, y que ante la indolencia gubernamental decidieron abandonar la zona, que se ha convertido ya en “un pueblo fantasma”, donde sólo persisten algunos animales y los rastros de varios incendios y ataques con armas de grueso calibre.

El pasado 30 de marzo, las barrios que conformaban la Agencia de Policía “San José Obrero Paso Ancho”, se despertaron a balazos y entre llamas provocadas por sus vecinos de San Vicente Coatlán, que pese a la resolución legal dictada en el año 2000, se disputan un territorio de 19 mil 600 hectáreas que le pertenecen a Sola de Vega.

Aquél día, relatan las autoridades, al menos unos 200 hombres de San Vicente Coatlán, dotados de chalecos antibalas, armas de grueso calibre, e incluso algunos con uniformes y botas tipo militar, llegaron a San José Obrero, dispararon y quemaron todo a su paso, la gente huyó despavorida mientras los ocho policías estatales y unos 30 elementos del Ejército que permanecen en la agencia trataron de repeler el ataque que duró más de ocho horas.

En esta incursión, fueron quemadas 50 casas, que se suman a otras de la agencia Rancho Viejo, que meses antes corrieron con la misma suerte, además de una escuela del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) y varios cultivos de frijol y maíz.

El panorama es desolador, se sabe que hubo casas por las láminas y objetos de fierro que no se consumieron por el fuego.

En la escuela de la CONAFE primaria “Benito Juárez” del barrio “Taraguntín”, donde asistían 15 niñas y niños, solo el pizarrón y un viejo recogedor mantuvieron su forma, los pupitres, libros y otros materiales quedaron carbonizados, las ventanas desechas, y las paredes guardan las perforaciones de las gruesas balas que las impactaron aquél “Viernes Santo”.

Las otras dos escuelas, así como el centro de salud y la capilla de la agencia, también fueron baleadas y permanecen cerradas, hasta el Santo Patrón “San José Obrero” “tuvo que huir ante la violencia”; las autoridades resguardan la imagen en la iglesia de la cabecera municipal.

Según las autoridades, la insistencia de Coatlán por apoderarse de las tierras de Sola de Vega, se debe a la productividad de las mismas y a la molestia que les causó el fallo en su contra, sin embargo, versiones extraoficiales apuntan a que en el conflicto “ha metido mano” el crimen organizado, que ha dotado de armas y uniformes a los comuneros de esa población de Ejutla de Crespo.

La intención, indican, es utilizar la zona para sembradíos de enervantes, además de avanzar hacia la zona boscosa para la extracción de madera.

Acusan omisión del gobierno del estado

Como ya es costumbre, el gobierno ha puesto oídos sordos a la problemática que afecta a más de 500 personas.

El presidente municipal de Villa Sola de Vega, Daniel Quiroz Ramírez, refirió que un día después del ataque del 30 de marzo, acudió a la Secretaría General de Gobierno a reportar los hechos, solicitando apoyo inmediato y la intervención de las autoridades correspondientes, sin embargo a la fecha ningún funcionario o funcionaria ha acudido a la población para constatar los hechos.

Reprochó que los funcionarios del gobierno del estado sean omisos ante la grave situación de las comunidades colindantes con San Vicente Coatlán, y que “desde el escritorio simulen que les están dando atención, cuando la realidad es que se la pasan incumpliendo las promesas de brindar apoyo, visitar la zona y resolver la crisis.

En tanto, los comuneros acusaron que el Secretario General de Gobierno, Héctor Anuar Mafud, se burla de ellos al no ponerles atención en las mesas de diálogo que se han entablado. Pues cuando se toca el tema, éste “prefiere levantarse o entretenerse con el celular”.

Por ello, y ante la ineficacia de la Segego, exigen la intervención inmediata y efectiva del Gobernador, para que los apoye en la reconstrucción de la comunidad, y actúe en contra de la gente violenta de San Vicente Coatlán. Pues si bien el conflicto inició varios años atrás y se atizó con la fallida construcción de la Presa “Paso Ancho, del año 2000 a la fecha han sido asesinadas 13 personas, los años 2017 y 2018 son de los más violentos y corresponde al gobierno de Alejandro Murat resolver esta crisis social y de derechos humanos que mantiene desplazadas al menos a 500 personas, entre ellas 100 niñas y niños, que piden garantías de seguridad para regresar y recuperar la paz y sus terrenos, para recuperar su vida.