El País
El exciclista vasco Javier Otxoa falleció ayer a los 43 años en Alhaurín de la Torre “tras una larga enfermedad”, según anunció en un comunicado el Ayuntamiento de la localidad malagueña. En realidad, Otxoa había empezado a morir el 15 de febrero de 2001, cuando fue atropellado junto a su hermano Ricardo en la carretera de Cártama, muy cerca del lugar en el que ha fallecido.
Su hermano, que corría junto a él en el equipo Kelme, murió en el acto y Javier se salvó, aunque con graves secuelas. Pocos meses antes se convirtió en el héroe de Hautacam, la montaña de Lourdes. Javier Otxoa ganó la etapa reina del Tour de 2000, aguantando bajo la lluvia y el frío el ataque final de Lance Armstrong.
Tras el atropello, estuvo en coma durante 65 días; los médicos propusieron incluso desconectar las máquinas que le mantenían con vida, pero sus padres se opusieron. Al final despertó y tuvo que atravesar un largo y duro periodo de recuperación. Tuvo que aprender de nuevo a andar, a leer y a escribir. Padecía daño cerebral permanente.
La vida de Javier nunca volvió a ser como antes. Aunque regresó a la bicicleta y compitió en los Juegos Paralímpicos de Atenas y Pekín, en los que subió cuatro veces al podio, con dos oros y dos platas, se alejó definitivamente del ciclismo profesional en el que había comenzado una prometedora carrera. El conductor que los atropelló fue condenado a una multa de 1.800 euros y un año de retirada del carnet de conducir. La acusación de la familia pedía siete años de cárcel. Javier declaró entonces sentirse “hundido en la muerte, pero vivo tras vivir un calvario tanto físico como mental”.
A pesar de sufrir un deterioro cognoscitivo entre moderado y grave, con alteraciones de la memoria y en la capacidad de aprendizaje, y de tener que recibir instrucciones hasta para levantarse de la cama, fue sancionado con dos años por dopaje cuando encontraron en su orina el metabolito 19-norandrosterona durante su periodo paralímpico. Se retiró hace unos años de cualquier actividad ciclista, aunque participó en varios eventos como la salida de la Vuelta a España en Málaga, en 2017, y se afincó en Alhaurín de la Torre.