Ciudad de México (La Jornada).- Durante el foro Futuro de la reforma educativa, organizado por Casa Lamm y esta casa editorial, Pedro Hernández Morales, profesor de la sección 9 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), señaló que el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto utilizó “toda la maquinaria del Estado para someter al magisterio”.
Dijo que en los espots presidenciales que se transmiten en los medios de comunicación a propósito de su último informe de gobierno, “Peña Nieto dice que afortunadamente hay 200 mil nuevos maestros que llegaron con esta reforma educativa, y casualmente son los mismos que se jubilaron por la presión de dicha reforma, es decir, la reforma echó a maestros con una amplia experiencia con más de 30 años de servicio, como una forma de decirles que eran obsoletos y muchos compañeros fueron obligados a jubilarse”.
Dijo que según las autoridades uno de los principales objetivos de la enmienda era fortalecer la educación pública, pero por el contrario se ha puesto en riesgo asegurando una mayor equidad en el acceso a una educación de calidad. “El trinomio calidad, evaluación y desempeño de los adolescentes se vuelve fundamental de la reforma”.
Aseguró que más que una reforma educativa es laboral, administrativa, política que transtoca a la educación en el país “lo último es la imposición de un modelo educativo que en estos momentos estamos padeciendo en las escuelas. También hablaban de establecer un servicio profesional docente con reglas que respetan los derechos laborales de los maestros, no es así porque nos han quitado la estabilidad laboral, la plaza bases en muchos maestros que nos pone en una situación de indefensión y pérdida de derechos”.
César Navarro Gallegos, investigador del Instituto Mora, aseveró que el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño fue “enemigo de los maestros quien en cada ceremonia educativa-política agredía a los docentes y señalaba que la lucha del magisterio era de delincuentes. “A lo largo de todos estos años, el magisterio en su lucha dentro de aulas o en la calle fortaleció su comisión sindical, política y educativa.
En tanto Enrique Enríquez, secretario general del magisterio disidente de la sección 9, expresó que la CNTE tuvo una gran participación para desligitimar la reforma porque, aseguró, no tiene nada de educativa, por el contrario es laboral.