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Hace tiempo que el humano experimenta con crear embriones de animales con células madre humanas. Son los llamados “humaniamales” o quimeras, como se conocían en la antigua Grecia a los híbridos entre animales y humanos. Pero esta es la primera vez que un gobierno lo apoya expresamente.
El gobierno japonés dio el pasado mes de marzo luz verde para que el científico Hiromitsu Nakauchi, que lidera grupos de investigación de la Universidad de Tokio (Japón) y Stanford (Estados Unidos) pueda desarrollar órganos humanos en animales a raíz de células madre humanas.
La idea no es pionera, pero esta es la primera vez que un gobierno apoya este tipo de experimentos, según la revista Nature.
Ya antes en Estados Unidos y en otros países se había intentado cultivar células humanas en embriones de ratón, rata y hasta de oveja para luego trasplantar esos embriones en animales sustitutos. En todos los casos, sin embargo, los experimentos se interrumpieron, ya fuera por trabas legales o por falta de éxito del ensayo.
Permiso del gobierno nipón
El mes de marzo, tras previa solicitud del equipo de Nakauchi, el ministerio de Educación y Ciencia japonés emitió nuevas pautas en torno a la investigación con células madre que permiten la creación de embriones humano-animales que pueden ser trasplantados en animales sustitutos y además llevarlos a término.
La decisión final, en todo caso, depende de un comité de expertos del ministerio de Ciencia y se dará a conocer este mes de agosto.
Pero Nakauchi asegura que el cambio ya le permite avanzar en sus investigaciones, cuyo objetivo final, asegura, es producir órganos humanos de los los que hay escasez, como el páncreas, y que una vez desarrollados puedan ser trasplantados de un animal a una persona.
En este caso en concreto, de acuerdo con lo que apunta a la revista Nature, a algunos bioeticistas les preocupa que las células humanas puedan usarse para algo más que el desarrollo del órgano en particular y alcancen el cerebro en desarrollo del animal, afectando a sus capacidades cognitivas.
Nakuchi defiende que el experimento está diseñado para que “las células madre solo vayan al páncreas” y que además no intentará, de primeras, trasplantar ningún embrión híbrido, sino que primero cultivará embriones de ratones híbridos por un periodo de unos 14 días, cuando ya casi todos los órganos del animal estén formados.
Después hará lo mismo en ratas, sostiene, dejando que se desarrollen hasta 15 días y más tarde lo llevará a cabo con cerdos, donde para cultivar embriones híbridos necesitará de hasta 70 días.
Pero aún así, no a todo el mundo le convencen los planes del científico japonés.
El investigador Jun Wu, de la Universidad de Texas (Estados Unidos), asegura que es inútil llevar a término embriones híbridos humano-animales utilizando especies evolutivamente distantes como cerdos y ovejas porque “las células humanas serán eliminadas en la fase inicial del experimento”.
Esta semana justamente, el diario español El País publica el adelanto del trabajo de un grupo de científicos españoles que aseguran haber creado quimeras de humano y mono en China, pero todavía faltan por conocerse muchos de los detalles hasta que el resultado del experimento se publique próximamente en una revista científica internacional que no desvelaron.