Una vez más habitantes de San Pedro Ixtlahuaca cumplieron con una de las celebraciones más importantes dentro de la comunidad, la veneración a San Lucas Evangelista.
Con la danza del Lunes del Vaquero, decenas de hombres dieron por concluida la festividad que se desarrolla desde más de 100 años en esta comunidad ubicada a aproximadamente 10 kilómetros de la capital.
La historia sobre la veneración a San Lucas Evangelista relata que varios rituales se llevan a cabo desde el 18 de octubre; la festividad inician con una procesión.
Sin embargo el día que todos esperan es el llamado Lunes del Vaquero, que se desarrolla el 24 de octubre, para esta fecha los hombres de todas las edad caminan por las calles con un traje negro adornado con cascabeles, en la cabeza lucen un penacho de distintos colores, mientras que un par de plumas y espejos son colocados en la cabeza.
Según el papel que adoptan se colocan una máscara ya sea pequeña con rasgos finos, ello los identifica como “caporales”, mientras que una máscara con rasgos toscos les da el nombres de “viejotes”.
La tradición marca que para culminar las fiestas en honor a San Lucas Evangelista, tanto “viejotes” y “caporales”, se reúnen en casa de la madrina quien ofrece alimentos y bebidas a todo el pueblo.
Con música de banda salen para recorrer las calles hasta llegar a la vivienda del mayordomo saliente, ahí frente a las autoridades municipales se hace entrega de la responsabilidad a la nueva familia que habrá de organizar la fiesta del próximo años, misma que dura tres días.
Acto seguido “viejotes” y “caporales” hacen un fila y en un círculo formado por la misma población bailan mientras el mayordomo saliente le es permitido golpearlos con una binza, si alguno de los danzantes burla al mayordomo se gana más golpes o como castigo debe trepar un palo encebado.
